Casada y feliz, pero sin Diego
DALMA MARADONA
La hija del Diez se casó en Pilar con Andrés Caldarelli. Maradona se quedó a dirigir en Dubai.
Dalma Maradona (30) tuvo ayer uno de los días más felices de su vida, el festejo de su boda con Andrés Caldarelli (31). Pero a la celebración faltó un invitado muy especial, su padre Diego Armando Maradona.
Hasta último momento, todo el mundo y -sobre todo Dalma- estuvo pendiente de esa decisión, esperando que el Diez volara desde Dubai hasta Buenos Aires. Pero no sucedió. Las idas y vueltas que tuvo la posible presencia de Maradona en el casamiento de su hija llevaron meses de especulaciones y negociaciones.
La incógnita, que se mantuvo has- ta último momento, se reveló finalmente ayer, cuando Dalma y Andrés hicieron la fiesta en la imponente estancia La Herencia de Pilar. Hubo 350 invitados, entre familiares y amigos, pero el padre de la novia estuvo ausente.
Luego de cinco años de relación, Dalma y su ahora marido, Andrés (ex rugbier), pasaron por el Registro Civil la semana pasada. Todo fue realizado en el más bajo perfil, en una torre en Vicente López.
La fiesta en Pilar, organizada por la propia Dalma con ayuda de su mamá, Claudia Villafañe, tuvo algunos invitados famosos como Nancy Duplaá y Pablo Echarri, Jey Mammon, Gaston Pauls, Fernando Burlando y Barby Franco, Candela Vetrano, Mica Vázquez, Gladys Florimonte y Erika Halvorsen, junto a su pareja Diego Iglesias, entre otros. Pero también otros “prohibidos”, lo que generó polémica y una interna familiar desde que se anunció el casamiento, ocho meses atrás. En esa lista negra estaban desde Rocío Oliva, novia de Diego, hasta Jorge Taiana, pareja de Claudia, entre otros familiares. Uno que sí estuvo, Lalo (hermano de Diego), deslizó a su llegada: “Nada va a opacar la fiesta”. Mientras Dalma festejaba en la Argentina en una ceremonia no religiosa (hubo bendición de alianzas), su papá (unas horas antes) celebraba que su equipo, Al Fujairah, le ganara a un rival de la Liga Arabe, donde el club del que es DT pelea el ascenso. El motivo de Diego para no poder viajar a la boda.
Los argumentos fueron que el jeque dueño del equipo que Maradona dirige no le dio permiso para viajar. El partido se jugó más temprano -en la tarde del sábado-, pero las 17 horas de vuelo que separan las dos puntas del mundo impidieron que el Diez volara con tiempo suficiente para asistir a la fiesta.
Incluso, unos días antes, en una conversación telefónica entre padre e hija, Diego le habría pedido a su hija que postergara la fiesta. Pero no, el viernes publicó en las redes sociales que nada iba a empañar su felicidad, en obvia alusión al faltazo del Diez. Después de haber hecho todo lo posible para convencer a su padre, finalmente no hubo caso, sí muchas especulaciones, claro...
La fiesta, siempre puertas adentro, contó con la estricta restricción de dejar afuera del lugar de la celebración (en un cuarto especial) los teléfonos celulares. Nadie estuvo autorizado a mostrar algo que los novios no permitieran previamente. Ellos decidieron seleccionar material fotográfico que piensan repartir a la prensa entre hoy y mañana como registro del acontecimiento.
Dalma también había pedido a la prensa, especialmente, que no fueran a la estancia La Herencia porque los novios no pensaban salir a saludar. Así y todo, el predio estuvo rodeado de periodistas, movileros y cámaras de televisión tratando de registrar el momento. Para ellos hubo choripán y bebidas durante la espera y la llegada de los invitados.
La novia, siempre acompañada de cerca en los preparativos por su madre Claudia y su hermana Gianinna, contrató al asesor de imagen Bernie Catoira, quien se ocupó del vestuario de muchos miembros de la familia. Esto es para que todos estuvieran acordes, evitar que los colores se repitan y, por supuesto, nadie sobresalga por encima de la pareja de recién casados. Incluso estaba incluido el traje de Diego... que finalmente quedó en un placard.
Claro que el vestido de novia fue el secreto mejor guardado por el círculo íntimo de Dalma. Sí se sabe que Dalma lo eligió entre las quince opciones que le ofreció su asesor.
La decoración del salón estuvo a cargo del diseñador de interiores Ramiro Arzuaga, mientras que del catering para agasajar a los invitados se ocupó la empresa Shuster. La fiesta se realizó en un parque de 6.000 metros cuadrados, en donde se instalaron diversos gazebos con gazebos en color crudo y flores al tono.
Los preparativos duraron tres días y Claudia supervisó todo para dejarlo impecable. Para Dalma, a pesar del gran ausencia de su padre, fue un día inolvidable. ■