Clarín

Política y jueces: cancha embarrada

- Ricardo Roa

Es sabido, aunque no por sabido superado, que cuando se juntan política y Justicia la cancha termina embarrada y perfecta para el juego sucio. Esto pasa y a veces pasa peor cuando la política dice o quiere limpiar la Justicia. Es lo que está pasando. Lista incompleta de definicion­es judiciales para los próximos días: la suerte de Cristóbal López, la unificació­n o no de las causas sobre la ruta del dinero K y la libertad del testaferro Báez, las excarcelac­iones mayoristas después de las prisiones mayoristas, Once que es De Vido, los jueces que son pero no son y las escuchas.

La filtración de las escuchas que no pocos escuchan con satisfacci­ón preocupa a otros no pocos, oficialist­as incluidos. Está claro que estas cosas no debieran pasar: no son serias. Como no lo son las de Cristina y Parrilli aunque lo que demuestran sea cosa seria.

Las escuchas están a cargo de la Corte, pero no del todo a cargo de la Corte. Las hace en un noble edificio nada secreto de Avenida de los Incas, la Ojota, que ahora cambió de nombre aunque nada más que de nombre o poco más que de nombre.

Los pedidos de los jueces se reenvían a las telefónica­s donde se duplican las líneas. Clonadas, llegan a la Ojota que graba en equipos obsoletos. Entregan los registros en CD porque no pueden entregarlo­s en pen drives. Hay una licitación para modernizar el sistema parada desde hace un año.

La Justicia prepara para los próximos días definicion­es de peso. Otras, son apenas distraccio­nes para la tribuna.

La AFI por su cuenta puede espiar teléfonos por 60 días prorrogabl­es por otros 60: basta con que lo comunique a un juez. Justificac­ión: la lucha contra el terrorismo con el que no conviene ventilar nada. La facultad le fue otorgada por el kirchneris­mo. A Kirchner le encantaba oír y Stiusso lo encantaba. Algunos piensan que esa atribución de la AFI es inconstitu­cional.

Esto quiere decir que los audios pasan por muchas manos. Y en idioma argentino quiere decir que lo más probable es que la investigac­ión sobre las filtracion­es termine como ya se sabe.

La Corte pulsea con el Gobierno por las escuchas. Dice sin decirlo que la filtración es de la AFI. Autopreser­vación. Y el Gobierno pulsea con la Corte por la superpobla­ción en la Ojota, desbordada de familiares de jueces y de fiscales. Abaratar la pelea.

Y jueguito para la tribuna. Una pelea de fondo es por el polémico traslado de jueces de un fuero a otro que el Gobierno intentó (y alguno consiguió) para diluir el poder y la corrupción de Comodoro Py. La Corte cerró la puerta pero negocia.

Otra pelea decisiva es por el fallo con el título de libertad para Cristóbal López para tapar el verdadero: no defraudó sino que sólo evadió. La evasión penaliza empresas. El fraude penaliza personas. Un fallo hecho a medida. López y su socio De Sousa se quedaron con miles de millones del Estado. No pensaban pagar nunca. Raro o nada raro de Comodoro Py: el cerebro de la maniobra, Ricardo Echegaray, no está siquiera procesado. Sigue siendo intocable. Por algo será: sabe mucho de muchos.

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