La Casa Blanca apunta a los autos europeos y despierta temores
Donald Trump sigue alimentando las chispas que pueden desatar una guerra comercial. Los 28 países de la Unión Europea quedaron exentos de los nuevos aranceles estadounidenses al acero (25%) y al aluminio (10%) pero só- lo de forma temporal. El 1° de mayo, si no se llega a un acuerdo que en Bruselas se ve difícil, las exportaciones europeas de acero a EE.UU. empezarán a pagar el nuevo impuesto.
La Comisión Europea advierte desde hace semanas que no le temblará el pulso para aplicar represalias comerciales y a días atrás presentó una lista de más de 100 productos de origen estadounidense a los que se apli- caría aranceles por un monto equivalente a lo que los europeos pagarían por el nuevo arancel al acero.
Los dirigentes europeos dijeron en su última cumbre, hace 10 días, que no tenían ninguna intención de negociar “con un pistola apuntando a la sien”. Europa ve en el 1° de mayo una amenaza y una forma poco acorde de tratar a países que han sido durante décadas estrechos aliados de EE.UU.
Washington sí apunta a una negociación que es más un intercambio de cartas. Y Trump ha puesto su interés en uno de los sectores industriales europeos que más ha señalado desde que llegó a la Casa Blanca, el automotor. Los autos europeos pagan un 2,5% de arancel para entrar en Estados Unidos, mientras los estadounidenses pagan cuatro veces más, un 10%, para entrar en el mercado europeo.
Los datos de la Comisión Europea aseguran que en 2017 el 16,9% de las exportaciones del bloque fueron a EE.UU. El 12,8% de esas exportaciones son autos. Alemania sería el país europeo más perjudicado si la Casa Blanca decide realmente endurecer el acceso a su país para los autos fabricados en Europa. ■