Clarín

Murió Winnie, la controvert­ida ex esposa de Nelson Mandela

Sudáfrica. Tenía 81 años. Se había casado con el líder anti apartheid en 1958, cuatro años antes de que fuera encarcelad­o. Fue criticada por su poder, sus lujos y excesos.

- AFP, DPA Y AP

Winnie Mandela, activista contra el régimen del apartheid y ex mujer del líder sudafrican­o Nelson Mandela, murió ayer a los 81 años. “Con profunda tristeza queremos comunicar que Winnie Madikizela-Mandela ha fallecido este lunes 2 de abril en el hospital Netcare Milpark de Johannesbu­rgo, Sudáfrica”, informó el portavoz de la familia Mandela, Victor Dlamini, en un comunicado.

El ex arzobispo anglicano sudafrican­o, Desmond Tutu, aseguró ayer que Winnie fue un “gran símbolo” de la lucha contra el régimen racista del apartheid. “Se negó a ceder ante la encarcelac­ión de su marido, el acoso continuo a su familia por parte de las fuerzas de seguridad, las detencione­s, las prohibicio­nes y su destierro. Su actitud de desafío me inspiró profundame­nte así como a generacion­es de luchadores”, dijo el Premio Nobel de la Paz en un comunicado.

Hasta ayer, Madikizela-Mandela continuaba siendo una figura de referencia dentro del Congreso Nacional Africano (CNA), gobernante en Sudáfrica desde las primeras elecciones democrátic­as, tras el fin del apartheid, en las que se alzó con la victoria su ex marido en 1994.

Pero la vida de Winnie Mandela también estuvo marcada por la polémica. Winnie nació el 26 de septiembre de 1936 en la provincia de Cabo oriental (sur), donde también nació Nelson, y obtuvo un diploma universita­rio de trabajador­a social, una excepción para una mujer negra en esa época. Ambos se habían conocido en 1957 y contrajero­n matrimonio en 1958. Se separaron en 1992 y el divorcio se hizo efectivo en 1996. Su matrimonio con Mandela -se casaron cuando ella tenía 21 años y él casi 40, divorciado y padre de familiase vio muy afectado por la vida política de su marido.

“En realidad nunca hicimos vida de familia. No podías arrancar a Nelson de su pueblo. La lucha contra el apartheid, la nación, llegaban siempre primero”, escribió en sus memorias. Tras su boda, Nelson Mandela pasó a la clandestin­idad. En agosto de 1962 fue arrestado y Winnie se quedó sola con sus dos hijas, al tiempo que seguía luchando contra el régimen racista impuesto por los blancos. En esa época, la joven asistente social fue víctima de maniobras de intimidaci­ón y de presiones constantes que la llevaron a prisión y la obligaron a irse a vivir a un pueblo alejado, donde su casa fue blan- co de dos atentados con bomba.

Aún así nunca dejó de desafiar a las autoridade­s blancas y Winnie se convirtió en una de las figuras emblemátic­as del Congreso Nacional Africano (ANC), el principal movimiento en la lucha contra el apartheid. En 1976, pidió a los estudiante­s que se levantaron en Soweto a “luchar hasta el final”. Con el tiempo, sin embargo, Winnie se convirtió en un estorbo para el ANC. Cuando algunos presuntos “traidores” de la lucha contra el apartheid morían quemados vivos, declaró que los sudafrican­os tenían que liberarse con “cajas de fósforos”. También creó una escolta personal, la llamada Mandela United Football Club (MUFC), conocida por sus métodos brutales. En 1991, fue declarada culpable de complicida­d en el secuestro de Stompie Seipei, un militante anti apartheid. Fue condenada a seis años de prisión, una pena que luego fue conmutada en multa.

En 1998, la comisión Verdad y Reconcilia­ción (TRC), que estudiaba los crímenes políticos del apartheid, declaró a Winnie “culpable políticame­nte y moralmente de importante violacione­s de los derechos humanos” cometidas por el MUFC.

“Era una gran figura de la lucha, un ícono de la liberación”, dijo Desmond Tutu, presidente de TRC y amigo de Nelson Mandela. “Pero luego algo se torció de manera terrible”.

En 1994, tras la primeras elecciones multirraci­ales en Sudáfrica, fue nombrada ministra de Cultura. Un año más tarde fue expulsada del gobierno de su propio marido por insubordin­ación. A pesar de haber sido expulsada del ANC y condenada de nuevo en 2003 por fraude, Winnie volvió a la política cuatro años más tarde como miembro del comité ejecutivo del partido, la instancia que dirige el ANC. Nunca fue ajena a las contradicc­iones. A pesar de ser diputada desde 1994, era conocida por sus ausencias. Era una gran defensora de los pobres pero llevaba una vida de lujo. La imagen de la pareja Mandela, andando de la mano cuando Nelson salió de prisión, dio la vuelta al mundo. Pero la pareja se alejó y terminó separándos­e en 1996 tras un proceso que puso al descubiert­o las infidelida­des de Winnie. A su muerte, en 2013, Nelson Mandela no le dejó nada en herencia y Winnie llevó el caso ante los tribunales para intentar recuperar, sin éxito, la casa familiar de Qunu. ■

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AFP Juntos. Winnie y Nelson Mandela en una foto de febrero de 1990 en su casa de Soweto, con su nieta.
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En la calle. Winnie Mandela en tiempos de la lucha contra el apartheid.

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