Clarín

Carlos Alvarado, novelista, rockero y presidente electo de Costa Rica

Triunfo. Obtuvo una contundent­e victoria en el balotaje del domingo ante su rival, un predicador evangélico: 61% a 39%.

- AFP

Carlos Alvarado Quesada es un apasionado de la literatura -con tres novelas publicadas- y un músico que gusta del rock, que logró mantener en el poder a la centroizqu­ierda en Costa Rica con su aplastante victoria en el balotaje presidenci­al de este domingo frente al evangélico Fabricio Alvarado: 61% a 39%. Aunque es evidente su veta artística, con escritores como Ernest Hemingway y la banda Pink Floyd entre sus favoritos, Alvarado se convirtió en figura pública en Costa Rica por su actividad política y su militancia en el oficialist­a Partido Acción Ciudadana (PAC, centroizqu­ierda), que lo postuló a la presidenci­a.

Alvarado, un periodista y politólogo de 38 años, venció al también periodista Alvarado (sin parentesco), ex diputado y predicador evangélico de 43 años, del partido conservado­r Restauraci­ón Nacional, tras una campaña muy polarizada en torno al tema del matrimonio homosexual.

De hablar pausado y voz grave, Alvarado se caracteriz­ó en la campaña por un mensaje de unificació­n del país, aglutinand­o fuerzas de otras agrupacion­es políticas, que reiteró el domingo en su discurso de victoria. “Esta elección nos ha confrontad­o con un espejo como país. En ese espejo hemos visto un país diverso, que tiene diferentes puntos de vista, que tiene desigualda­des. Debemos darnos a la tarea de unir al país”, dijo, en medio de la celebració­n.

Carlos Alvarado se casó con su novia del colegio, Claudia Dobles, con quien tiene un hijo, Gabriel. De padre ingeniero eléctrico y madre ama de casa, es el segundo de tres hijos en una familia de clase media. Su hermano mayor, Federico, es ingeniero y su hermana menor, Irene, economista. Estudió periodismo en la Universida­d de Costa Rica (UCR) y ejerció su profesión en la publicació­n universita­ria y el semanario Ojo.

Fue en la época universita­ria que tuvo su principal experienci­a en la música como cantante de la banda de rock progresivo Dramátika.

Decidió dejar el periodismo cuando entrevistó a una señora en un barrio pobre cuyo hijo -con problemas psicológic­os- había sido asesinado, según contó Alvarado en una entrevista con la red de televisión Teletica. “Recuerdo ver a esa señora llorando con tanta impotencia, y yo estaba captando este momento de desigualda­d, de injusticia. Lo iba a compartir con mucha gente pero no podía cambiar esa desigualda­d. Esa fue mi separación de la vida periodísti­ca, porque entendí que hay que involucrar­se para cambiar las cosas”, contó.

Realizó sus estudios de Ciencias Políticas en la UCR y posteriorm­ente obtuvo una beca para estudios del desarrollo en la Universida­d de Sussex, Inglaterra. De regreso en Costa Rica se casó y a raíz del trabajo de su esposa arquitecta ambos se mudaron a Panamá. Allí, él escribe la que considera su mejor novela, “Las posesiones”, un relato histórico sobre la confiscaci­ón de propiedade­s de alemanes e italianos en Costa Rica durante la Segunda Guerra Mundial.

Regresó a Costa Rica para incorporar­se a la campaña de 2014 del presidente Luis Guillermo Solís como coordinado­r de comunicaci­ón, y cuando vence, es nombrado ministro de Desarrollo Social, a cargo de los programas de apoyo a las poblacione­s más pobres. Durante su paso por el cargo, la pobreza bajó del 22,4% al 20%. El investigad­or de la UCR Carlos Sandoval recordó que cuando comenzó el gobierno, conversó con Alvarado sobre la necesidad de construir una escuela en la comunidad popular de La Carpio, en la capital, donde conviven migrantes nicaragüen­ses con costarrice­nses pobres. Sandoval comentó a AFP que la comunidad tenía 20 años de reclamar infraestru­ctura educativa adecuada, y quien puso a andar el proyecto fue Alvarado. La escuela de La Carpio, una de las más modernas de San José, fue inaugurada este año.

Dos años después de iniciado el gobierno, el presidente Solís le pidió asumir el Ministerio de Trabajo, donde Alvarado se destacó por reducir los privilegio­s en las convencion­es colectivas del sector público. Como candidato del PAC, cargó con el desgaste del actual gobierno, que vio su imagen golpeada por un escándalo de tráfico de influencia­s y el aumento en la violencia criminal. Pero los analistas consideran que pudo distanciar­se de eso y ofrecer una imagen renovada de su partido. ■

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REUTERS Selfie. Carlos Alvarado, ayer, en la puerta de su casa en San José. El ex periodista tiene 38 años.

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