Un montaje récord, logrado en sólo nueve días
El corsario se inspira en un poema dramático de Lord Byron que, como ballet, tomó un giro de aventuras enrevesadas y divertidas. El montaje que está haciendo Julio Bocca con el Ballet del Colón, compañía que desde 2017 dirige Paloma Herrera, se cumplirá en el tiempo récord de nueve días y con una cantidad limitada de horas de ensayo por día. “Una de las cosas que están costándome es que los bailarines logren mayor velocidad y mayor agilidad, que es la forma en que se baila ahora”, cuenta Bocca. Y enseguida detalla cómo se encara el trabajo sobre la interpretación, dado que estos personajes están en el límite de la parodia o la caricatura: “Pidiéndoles que sea más naturales y que ellos mismos vayan buscando sus personajes. Hoy se utiliza mucho menos la gestualidad pantomímica del ballet tradicional. Si el bailarín logra encontrar de una manera propia cómo expresarse sin palabras, después podemos trabajar la comicidad. El pashá resulta un buen ejemplo: es un tipo de buen humor, un bonachón, y así el personaje de la esclava Medora puede jugar un poco con él. Medora es una mujer fuerte que sabe lo que quiere y Nadia Muzyca, que hará dos de las funciones, lo tiene de una manera natural. Macarena Giménez , que hará otras dos, es una bailarina hermosa pero todavía no lo encontró: yo le pido que su personaje de Medora no sea frágil sino exactamente lo contrario. La manera de interpretar un rol puede cambiar toda la historia”.