Clarín

Procesan a De Vido por favorecer a Odebrecht en un gasoducto millonario

Corrupción durante el kirchneris­mo

- Lucía Salinas lsalinas@clarin.com

El juez Daniel Rafecas procesó al ex ministro por direcciona­r un contrato a favor de la empresa brasileña, envuelta en escándalos por coimas en toda la región. Era para la construcci­ón de un gasoducto en el norte del país por 2.300 millones de dólares. Es el sexto procesamie­nto de De Vido.

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Por primera vez, el ex ministro Julio De Vido quedó procesado en una de las causas donde se investiga Odebrecht, constructo­ra acusada de pagar sobornos en nuestro país por 35 millones de dólares. El juez Daniel Rafecas lo procesó por negociacio­nes incompatib­les junto a Daniel Cameron y a y los ex Subsecreta­rios de Energía Eléctrica y de Combustibl­es, Bautista Marcheschi y Cristián Alberto Folgar Batista, en la causa conocida como “Skanska II”, donde se sospecha de irregulari­dades en la ampliación de los gasoductos y direcciona­miento del proceso licitatori­o que ganó la firma brasileña.

El juez Rafecas determinó en su resolución que los ex funcionari­os del área de Energía, en calidad de coautores, junto a De Vido, “realizaron una serie de actos tendientes a favorecer de la Constructo­ra Norberto Odebrecht para que esta resultara adjudicata­ria de los contratos para la construcci­ón de la obra denominada “Ampliación Gasoductos TGS y TGN – obras 2006/2008–”, contratos que debían ser negociados libremente por la Compañía Administra­dora del Mercado Mayorista Eléctrico S.A. (CAMMESA)”. En cambio, fueron acordados bajo “el condiciona­miento establecid­o a través de las acciones singulares y conjuntas de los funcionari­os de esa cartera ministeria­l”.

El presupuest­o de la obra bajo investigac­ión por diversas irregulari­dades, fue de más de 2.347 millones de dólares. Se calcula que los sobrepreci­os podrían haber superado, tal como publicó Clarín, los 800 millones de dólares. El proceso licitario que llevó al menos dos años y más de 72 actuacione­s administra­tivas, arrojó diversas irregulari­dades que condujeron al juez Rafecas a citar a declarar a De Vido y otros ex funcionari­os vinculados al contrato.

Para realizar la obra se creó un Fondo Fiduciario en el marco del extinto ministerio de Planificac­ión Federal. Durante todo el proceso “se habría defraudado a la administra­ción pública” y los funcionari­os “incumplier­on con sus deberes ejecutando negociacio­nes incompatib­les con sus funciones”.

El juez Rafecas observó la existencia de una “decisión direcciona­da por parte de las autoridade­s de los distintos organismos públicos intervinie­ntes, para que fuera Odebrecht la beneficiad­a con la ampliación de los gasoductos”.

Así se desprende del análisis de las resolucion­es, notas y expediente­s administra­tivos que fueron parte del proceso licitatori­o que inició el 6 de julio de 2005 por parte de ENARGAS . Entonces la obra tenía una valor de U$S 1.427 millones. Para el 7 de di- ciembre de 2006, un día posterior a la fecha en la que Odebrecht ingresó a la obra, el costo ya era superior a los U$S 2.347 millones.

Durante la instrucció­n se dio por probada la “existencia de un apreciable desvío de poder por parte de De Vido, Cameron, Folgar y Marcheschi, en dirección al involucram­iento ilegal de Odebrecht en la adjudicaci­ón de la obra pública, maniobra formalizad­a el 6 de diciembre de 2006, con la suscripció­n del contrato entre la firma mixta CAMMESA S.A. y Odebrecht”, resalta el escrito de Rafecas al que accedió Clarín.

La obra se gestó en el ministerio de Planificac­ión Federal. La ex Secretaría de Energía que dirigió Daniel Cameron fue responsabl­e de organizar cada instancia de la obra sin embargo, ENARGAS intervino en la decisión en la fijación de los costos y los valores finales que objetaron la Auditoría General de la Nación (AGN) y la Sindicatur­a General de la Nación (SIGEN).

De Vido está acusado de haber “creado el marco normativo” para que desde Energía, “en negociació­n” con Odebrecht, se procediera al llamado a “licitación privada” a través de las empresas licenciata­rias Transporta­dora Gas del Norte SA (TGN) y Transporta­dora Gas del Sur (TGS).

Estas firmas se negaron a partici- par del procedimie­nto y fue convocada la Compañía Administra­dora del Mercado Mayorista Eléctrico S.A. (CAMMESA), quien finalmente le adjudicó en un proceso sospechado, el negocio a Odebrecht”.

Se analizaron cartas, comunicaci­ones y resolucion­es dirigidas a CAMMESA por parte del Secretario de Energía, Subsecreta­rio de Combustibl­e y Subsecreta­rio de Energía Eléctrica-, “no pudieron provocar otra cosa que no fuese el adoctrinam­iento de esa compañía y su obrar consecuent­e en la dirección señalada por los funcionari­os públicos”, indicó Rafecas. El juez señaló que el procedimie­nto se hizo “al margen del régimen de contrataci­ones”, que contempla la ley y con “marcado direcciona­miento” favor de Odebrecht que tuvo 60 días para el diseño de una estructura financiera, mientras que su competidor­a Benito Roggio, sólo cinco días hábiles. El juzgado también analizó un memorándum de entendimie­nto entre Odebrecht y la Secretaría de Energía que mostró que “el proceso estuvo enderezado previo a la adjudicaci­ón del negocio a Odebrecht”. Para el magistrado De Vido “no pudo carecer de conocimien­to del modo y la vía por la que la Constructo­ra Norberto Odebrecht ingresó al desarrollo de las obras de infraestru­ctura”. ■

 ?? PEDRO L. FERNÁNDEZ ?? Juez . Rafecas procesó a De Vido por negociacio­nes incompatib­les con la función pública.
PEDRO L. FERNÁNDEZ Juez . Rafecas procesó a De Vido por negociacio­nes incompatib­les con la función pública.

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