Los chicos abusados siguen en la pensión, contenidos por expertos
Desde el pasado miércoles 21 de marzo la pensión de juveniles de Independiente quedó revolucionada, como todo el club y el fútbol argentino. Desde ese día, en que uno de los chicos pensionados de 14 años se quebró ante el psicólogo Ariel Ruiz y destapó la olla del horror que estaba padeciendo él y algunos de sus compañeros, una mezcla de tensión, incredulidad e indignación se instaló en el ambiente del predio Santo Domingo, ubicado en Villa Domínico. Pero en el club de Avellaneda no se quedaron inmovilizados por la situación y actuaron.
Más allá de hacer la denuncia que inició la causa que lleva adelante la fiscal María Soledad Garibaldi, priori- zaron el cuidado de los chicos abusados, que son tres confirmados al menos que pertenecen a la pensión.
“Estamos tratando de ponerle palabras a un tema tabú para muchos”, le dijo a Clarín una fuente del club. Ninguno de los menores dejó la pensión luego de lo ocurrido. Todos siguen allí, asistidos por los profesionales a cargo. El fin de semana largo de Pascuas pudieron visitar a sus fa- milias en sus respectivas ciudades y luego retornaron.
El único que después de declarar se fue a vivir con su madre a Rio Negro es Joaquín V., el jugador de 19 años que fue apuntado como el nexo entre los pibes y los pedófilos, pero que también fue víctima de abusos.
Se creó un círculo de comunicación permanente entre padres, chicos, dirigentes y empleados del club y la justicia. Cada 48 horas se les pasa un parte a los papás de los juveniles. Tras una semana de terror, los chicos están volviendo a hacer vida normal: entrenan, juegan, estudian y tienen salidas autorizadas por sus padres.
“Sentimos orgullo por cómo actuamos, hicimos lo que teníamos que hacer”, remarcaron en Independiente, que trata de recuperar la paz. ■