Trump pidió al Pentágono el despliegue de tropas en la frontera con México
Dijo que “es un gran paso” contra los inmigrantes ilegales hasta que se construya su proclamado muro.
Donald Trump sube la apuesta: en una escalada en su política antiinmigratoria, el presidente estadounidense dijo este martes que quiere desplegar militares en la frontera de Estados Unidos con México hasta que pueda construir un muro para frenar el ingreso de indocumentados.
El anuncio de Trump sucede justo cuando una caravana de inmigrantes centroamericanos avanza a través de territorio mexicano, supuestamente para obtener asilo en Estados Unidos, según han reportado medios conservadores a los que el presidente sigue como una Biblia.
“Vamos a proteger nuestra frontera con nuestro ejército”, dijo Trump durante una reunión con los líderes de los Estados bálticos en la Casa Blanca. “Hasta que podamos tener un muro y seguridad apropiada, vigilaremos nuestra frontera con las fuerzas armadas. Es un gran paso”, exclamó.
El anuncio de Trump sigue a una escalada de furia presidencial en los últimos días contra México por permitir que se desplace esa caravana, llamada “VíaCrucis Migrante 2018”, que partió el 25 de marzo del estado mexicano sureño de Chiapas, fronterizo con Guatemala, rumbo al norte. El 80% de los miembros de esa caravana son hondureños y el resto salvadoreños, nicaragüenses y guatemaltecos, que huyen de la violencia y la pobreza de sus países. Estas movilizaciones suelen hacerse todos los años para dar visibilidad al drama que afrontan. México dice que no promueve el ingreso de inmigrantes a Estados Unidos, que ha deportado a muchos miembros de la caravana y dado asilo a otros.
Pero Trump no les cree demasiado. “Si (la caravana) llega a nuestra frontera, nuestras leyes son tan débiles y patéticas...es como si no tuviéramos frontera”, dijo el presidente a los periodistas, aunque aclaró que esa columna se estaba “disolviendo” gracias a sus gestiones, luego de que le dijera a México “en términos muy fuertes” que tendría que hacer algo al respecto.
“Necesitamos tener un muro de 1.100/1.300km a lo largo” de la frontera, dijo. Más temprano, Trump escribió en Twitter que la ayuda de Estados Unidos a Honduras está “en juego” si la caravana no detiene su marcha.
La ofensiva presidencial contra la inmigración había comenzado el domingo y continuado el lunes en una serie de tuits en los que había amenazado a México con abandonar el NAFTA y había exigido que el Congreso estadounidense aprobara leyes migratorias más estrictas. Pero la escalada se agravó ayer con dos amenazas de tono diferente: el envío del ejército a la frontera y la posibilidad de cortar ayuda a Honduras.
El combate a la inmigración es uno de los grandes caballos de batalla del magnate, que le ha traído buenos resultados en los comicios de 2016 para llegar a la Casa Blanca. En noviembre hay elecciones legislativas y busca que su discurso siga movilizando al electorado de la América profunda, que ve en los inmigrantes una amenaza laboral y también a la identidad blanca y cristiana.
También el presidente busca presionar al Congreso, que se resiste a aprobar un gran paquete de dinero para construir un muro en la frontera, como él había prometido en su campaña. Buena parte de los legisladores republicanos (sobre todo los provenientes de los estados fronterizos) lo consideran una medida inútil y una pérdida innecesaria de dinero. En el presupuesto aprobado finalmente en marzo, Trump solo consiguió 1.600 millones de dólares para el proyecto del muro, mucho menos de los 25.000 millones que había pedido. Este financiamiento inicial alcanzaría para pagar 160 kilómetros de la obra. Trump propuso la semana pasada utilizar el presupuesto del Pentágono para construir el resto.
Como es habitual, Trump no dio detalles de su iniciativa de envío de militares. Incluso la agencia de noticias AFP consultó al Pentágono y le dijeron que no estaban al tanto del tema. Si bien los militares por ley no deben ocuparse de cuestiones internas, ya ha habido desplazamientos de la Guardia Nacional (un cuerpo de reserva) hacia la frontera: George W. Bush despachó 6.000 uniformados y Barack Obama unos 1.200 en 2010. ■