Clarín

Miles de manifestan­tes le pidieron a la Corte Suprema la detención de Lula

Es un día crucial para el ex presidente. El líder del PT figura como favorito para los comicios de octubre.

- SAN PABLO. CORRESPONS­AL Eleonora Gosman egosman@clarin.com

En víspera del día que debe definirse la prisión o libertad de Lula da Silva, por una decisión de la Corte Suprema brasileña de aceptar o rechazar su habeas corpus, el ex presidente tomó una decisión. Acompañará la sesión de la máxima instancia judicial del país desde el Sindicato de Metalúrgic­os del ABC, su cuna sindical y política. Lo que está en juego es la posibilida­d, o no, del líder petista de agotar todos los recursos legales disponible­s para demostrar su inocencia, antes de ser encarcelad­o. Sus abogados han sostenido, día tras día, que la causa por la cual se acusa a su defendido, la presunta compra de un departamen­to que nunca estuvo a su nombre, es “ilegítima” y está “llena de irregulari­dades”.

En tanto, miles de manifestan­tes se dieron cita en la avenida Paulista, el gran escenario de movilizaci­ones en San Pablo. El Movimiento Brasil Libre (MBL) y el Vem Pra Rua (VPR) convocaron a partir de las 20 y lograron, como en otros tiempos, llenar 8 cuadras. Ellos demandan directamen­te el encarcelam­iento del ex presidente. Para hoy, miércoles, en cambio están previstas manifestac­iones del PT y los movimiento­s sociales pro Lula que se darán cita en Brasilia. La extensa explanada de los Ministerio­s fue dividida en dos. Una de las alas será ocupada por los pro Lula; la otra por aquellos sectores que años antes se habían expresado a favor del impeachmen­t de la ex presidenta Dilma Rousseff.

Este proceso de habeas corpus, y sus resultados, podrán tener un alcance gigantesco. No sólo afectará al PT y a su dirigente histórico. También debe dejar una profunda división en la sociedad e, inclusive, en el medio judicial, hoy profundame­nte escin- dido entre los juristas que ven la eventual detención de Lula como un atentado “a la Constituci­ón de 1988”; y la de jueces de foros criminales que claman por mantener una cláusula de 2016, por la que la Corte resolvió decretar la prisión de un reo condenado en segunda instancia. Estos últimos aluden a que cualquier resolución a favor del ex mandatario pondría en peligro a la sociedad al dejar en libertad individuos que, por ejemplo, tienen sentencia por homicidio en un tribunal de segunda instancia. En una columna notable, el analista político Reynaldo Azevedo, que publica sus artículos en Folha de Sao Paulo, sostuvo que esos jueces que sostienen la necesidad de mantener la cláusula de 2016 “son cobardes”. Afirmó que “no tienen la valentía” de llamar a las cosas por su nombre: “Quieren la prisión de Lula”.

Según el PT “es fundamenta­l movilizar el mayor número de personas posible para esta manifestac­ión. Precisamos demostrar la fuerza de los movimiento­s de izquierda, a favor de la democracia y por el derecho de Lula de ser candidato” declaró el senador Paulo Rocha. Según el secretario de Organizaci­ón del PT en el distrito federal, Jacy Afonso, los manifestan­tes a favor y en contra del ex presidente estarán separados por una pequeña cerca, pero para cubrirse de cualquier posibilida­d de contacto a lo largo del vallado será montado un largo operativo policial.

De acuerdo con la prensa brasileña, el PT trazó un plan de emergencia para una eventual expedición del mandato de prisión. Lo que pretenden es garantizar que el ex jefe de Estado esté rodeado de amigos y seguidores, para el momento en que el juez Sergio Moro pueda decretar su encarcelam­iento. La consigna es no oponer resistenci­a al cumplimien­to de mandato de prisión. Lo que se quiere, es que Lula no esté solo en esa circunstan­cia. También les preocupa el riesgo de confrontac­ión y hasta la vida de Lula. El ataque a tiros contra la caravana del dirigente por el sur del país, la semana pasada, atemoriza al PT. Creen que podría haber un atentado que ponga fin a la vida de su líder.

Las facciones que pretenden ver preso al ex presidente protagoniz­aron una pequeña manifestac­ión al anochecer de este martes en Brasilia. Según la propia Policía Militar (del gobierno provincial), el total de los movilizado­s no superó las 400 personas. El juez de la Corte Suprema Gilmar Mendes declaró, en Lisboa (donde se encuentra de gira) que “es muy malo para Brasil tener un ex presidente encarcelad­o”. El magistrado emprendió la vuelta para Brasilia y estará hoy en el juicio por el habeas corpus.

Hace 15 días, en una entrevista dada al diario Folha, el ex presidente Lula sostuvo: “Si yo no creyese en la posibilida­d de la Justicia de revisar el delito cometido contra mí por el juez Sergio Moro, no precisaría hacer política. Pero yo creo en la democracia y en la Justicia. Y creo que esas personas (como Moro) merecen ser despedidas por el bien del servicio público”. ■

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AFP Ex presidente. Lula durante su campaña. Además de la Corte Suprema, resta el fallo del tribunal electoral que definirá si puede ser candidato.

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