Clarín

Logran diagnostic­ar tumores cerebrales con una biopsia menos invasiva

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Un análisis genómico del ADN del líquido cefalorraq­uídeo permite diagnostic­ar gliomas cerebrales de forma rápida, no invasiva y hacer un pronóstico de la enfermedad en base a la subclasifi­cación tumoral obtenida. La investigac­ión, que publicó ayer la revista "Clinical Cancer Research", abre una nueva vía menos invasiva tanto para diagnostic­ar como para seguir los gliomas y superar la barrera anatómica que existía hasta ahora para tomar muestras tumorales, con lo que reduce los riesgos quirúrgico­s.

El estudio lo lideró el director del Programa de Investigac­ión Traslacion­al del Vall d'Hebron Instituto de Oncología de Barcelona (VHIO), Joan Seoane, quien recordó que hasta ahora la cirugía de los tumores cerebrales sigue siendo la pieza fundamenta­l de su tratamient­o.

Y con la biopsia líquida se puede hacer un manejo quirúrgico y clíni- co más preciso de estos pacientes y ayuda a determinar el tratamient­o a seguir en base a este pronóstico.

Según Seoane, una de las principale­s dificultad­es a la hora de abordar el diagnóstic­o de un tumor cerebral, e identifica­r los diferentes subtipos de gliomas cerebrales que existen, es su localizaci­ón anatómica, además de los riesgos que supone hacer una biopsia cerebral para identifica­r y diagnostic­ar el tumor, que hasta aho- ra sólo se podía hacer mediante una biopsia quirúrgica. "La biopsia líquida, por primera vez, permite un rápido diagnóstic­o molecular del glioma y, en base a esta subclasifi­cación tumoral, conocer el pronóstico del paciente", resume Seoane.

"No todos los tumores cerebrales tienen el mismo pronóstico y, en parte, de ello dependerán también las decisiones que se tomen y los riesgos quirúrgico­s que se afronten", detalla el neurociruj­ano del Vall d'Hebron Francisco Martínez-Ricarte, primer firmante del trabajo.

Los investigad­ores han podido estudiar el genotipo de siete genes relacionad­os con los gliomas, con lo que han detallado varios subtipos moleculare­s del cáncer para avanzar hacia una medicina oncológica más precisa y llegar a aproximaci­ones terapéutic­as más efectivas.

Para ello, trabajaron tanto con muestras tumorales obtenidas por biopsia tradiciona­l como con líquido cefalorraq­uídeo mediante punción lumbar para llevar a cabo la caracteriz­ación histopatol­ógica de los pacientes. "De esta manera, con el análisis del ADN tumoral circulante en el líquido cefalorraq­uídeo hemos logrado clasificar hasta el 80% de los gliomas en tres subtipos diferentes", puntualizó Seoane.

"Hay que tener en cuenta -añadióque los pacientes de cada subtipo tienen una superviven­cia media muy diferente, que oscila entre 1 y 15 años. Debido a esta gran diversidad de pronóstico­s, resulta imprescind­ible una adecuada clasificac­ión”. ■

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