Clarín

Una decisión que cambió la historia del fútbol argentino

- Oscar Barnade obarnade@clarin.com

Humberto Maschio lee y le cambia el semblante. “Por 18 votos se dejó establecid­o que el equipo representa­tivo en el VI Campeonato del Mundo será constituid­o exclusivam­ente con jugadores inscriptos en los registros de esta Asociación”. El Bocha mira a los interlocut­ores y pregunta si se trata de un documento oficial. Está publicado en el boletín de la AFA del 31 de marzo de 1958. “Nunca supe por qué no nos habían convocado para ir al Mundial de Suecia. Me entero después de tantos años”, dice Maschio y se queda pensativo. La escena pertenece al documental Suecia 58. La identidad perdida, dirigido por Leonardo Saslavsky. La decisión tomada hace 60 años por la dirigencia de la AFA cambió -de varios modosla historia del fútbol argentino.

El 1-6 del selecciona­do argentino el pasado martes 23 ante España revivió la goleada sufrida ante Checoslova­quia, también 1-6. El Desastre de Suecia. Argentina había brillado en el Sudamerica­no de Lima en 1957 con los juveniles Maschio, Antonio Angelillo y Enrique Omar Sívori. El 3 de abril (se cumplieron 61 años), Argentina venció 3-0 a Brasil y se coronó campeón. Un año después la base titular se había desintegra­do. Los tres Carasucias habían sido vendidos a Italia. Y el arquero Rogelio Domínguez, al Real Madrid. En el inicio de la preparació­n para el Mundial, el equipo no rendía. “Hay que traerlos”, decía la tapa de la revista Goles del 25 de febrero, con una foto de los tres que jugaban en Italia. “Por prejuicios no puede exponerse la chance argentina en el Mundial”, agregaba. El director de la revista era Enzo Ardigó, quien era crítico con los dirigentes.

¿Por qué no los llamaron? ¿Por orgullo? ¿Para no desmerecer a los locales? ¿Para evitar hacer unos trámites ante la Federación italiana? Hay algunos indicios. En una carta enviada a principios de marzo a la revista Goles, Sívori manifestó sus deseos de jugar para Argentina, contó que había estado cenando en la casa Oscar Massei con Maschio, Angelillo y Tito Cuchiaroni y “todos, se lo puedo jurar, darían cualquier cosa por el honor de jugar para nuestro selecciona­do en Suecia”. También explicó que unos periodista­s le habían dicho que Argentina tenía que pedir la anulación de reglamento­s que lo prohibían y que había hablado con el presidente de la Juventus y que le había pedi- do, en caso de salir campeón, que “no pusiera obstáculos, si mi país llega a solicitar mi modesto concurso”. La revista Goles explicaba: “La Federación de Calcio va a oponerse a la posible petición argentina por Maschio, Angelillo y Sivori, porque estos jugadores firmaron compromiso­s de no aceptar reclamos de su país, para poder ser, al cabo de tres años, posibles jugadores internacio­nales italianos”.

“Nosotros somos demasiado grandes, como para pedir limosnas a Italia”. La frase, dice Goles, la dijo un dirigente de la AFA. Y esa fue la postura que primó. La decisión fue unánime. Llegó la lista, Roberto Zárate se lesionó en Italia, voló Angel Labruna (39 años) de urgencia y la goleada fue un golpe de nocaut.

¿Qué habría pasado si Angelillo, Maschio y Sívori hubiesen ido al Mundial de Suecia? Es una incógnita que lleva seis décadas... ■

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