Un objeto que se renovó con el juego que permiten los celulares
La “Foto Loca”, en Instagram y Twitter, amplía el diseño de tapa de los títulos que se publican.
Empezó hace siete años como una original manera de promocionar los libros de la distribuidora en la que trabaja. Con el hashtag #FotoLocaDeLosViernes, cada viernes, desde mayo de 2011, Sebastián Lidijover, a cargo de la comunicación y prensa de Riverside (que agrupa sellos como Anagrama, Edhasa y Salamandra, entre otros), publica en Twitter una foto en la que se ve la tapa de un libro y su continuidad en un paisaje o en un personaje, especialmente elegidos para crear el efecto óptico de continui- dad entre el objeto-libro y el paisaje real. “Fue un viernes en que iba a visitar librerías. Se me ocurrió hacer una foto con la tapa de un libro, porque había visto algo así con vinilos. Como me ocupaba de manejar las redes sociales de Riverside y sabía que funcionaba lo visual, pensé que era una buena forma de jugar con los libros. Subí la foto ese día y le puse un nombre sin pensarlo, aunque me hubiera gustado ponerle otro”, recuerda.
Para Sebastián, la Foto Loca tiene sus exigencias: “La regla de oro inquebrantable es que no se puede usar retoque digital, el juego entre la tapa del libro y el entorno está dado puramente por la perspectiva. Como soy una persona muy cuadrada, me impuse subir todos los viernes sin falta esa foto. Ni feriados, ni vacaciones, nada detuvo a la Foto Loca”. Esta producción se publicó sin parar hasta junio de 2017. “A las pocas semanas me escribió Maru Drozd, de la cuenta de Instagram @lagenteandaleyendo para proponerme hacer la Foto Loca”, detalla sobre la cuenta en la que también participa el actor Gonzalo Heredia y donde a la Foto Loca se suman recomendaciones de libros y actividades culturales. “La diferencia es que ahora la saco de cualquier editorial, así que suelo ir a alguna librería para que me presten un libro si no lo tengo. Aprovecho también a pedirle al librero que pose para la foto”.
La Foto Loca no se saca así nomás: “En algunas, tuve que esperar y sacar varias -cientos de fotos- para lograr que coincidan todos los detalles, como por ejemplo las que involucran olas”, confiesa y se lo nota comprometido con esta afición.
¿ Algún libro difícil de “fotoloquear”? “Hay una foto que quiero hacer con uno de los libros de la saga de El último reino, de Bernard Cornwell, para la que no logro encontrar un caballo para sacarla. O cuando lo encuentro -como en mis últimas vacaciones- no logro que se pare de la forma que necesito. Pero ya saldrá”. ■