La estación Constitución quiere recuperar su brillo
Las obras para restaurar la histórica terminal ferroviaria comenzaron hace un año y culminarán en seis meses. El hall central ya luce como nuevo. Y ahora se trabaja para terminar la conexión con el subte y la fachada que da a la calle Hornos.
No debería ser una curiosidad pero lo es: por primera vez en décadas, la estación de trenes Plaza Constitución, un símbolo del esplendor porteño de fin del siglo XIX, contará con una sala de espera. Como sucede en cualquiera de las estaciones de trenes más importantes del mundo, aquí los usuarios del ferrocarril Roca tendrán también un sitio donde descansar y esperar la partida de los trenes. Será para quienes usan los servicios de larga distancia a Mar del Plata y Bahía Blanca.
Estas obras se enmarcan dentro de un plan de renovación integral de esta terminal, que arrancó un año atrás.
Desde la terminal parten hacia Mar del Plata siete servicios semanales: seis, de lunes a sábados, a las 15.28, y uno los domingos a las 15.20. A ellos, se suma otro los fines de semana largos, a las 4.15. En tanto, hacia Bahía Blanca hay tres semanales que parten desde Constitución a las 19.52 los lunes, miércoles y viernes.
Si bien se trata de un tránsito de pasajeros no tan intenso, la sala de espera también es un espacio que aprovecharán quienes se acercan a comprar pasajes. Además, tiene conexión directa con el andén desde el que se despachan los trenes de larga distancia.
La última obra de restauración en la estación Constitución se había realizado en 2005, pero su uso intensivo, y la falta de mantenimiento, volvieron a deteriorar el edificio.
Uno de los problemas mas importantes de este espacio está en la cir- culación del subsuelo, allí donde se genera un nodo de distribución entre el subte y el tren. Se trata de un lugar donde, concesiones mediante, proliferaron los locales comerciales. Ahora esa zona está en plena obra para que en un futuro quede liberada.
La sala de espera forma parte de la puesta a nuevo que incluye la restauración de fachadas, pisos y revestimientos del hall y la impermeabilizarán los techos, además de que trabajan en el reemplazo de los paneles de vidrio de la cúpula.
No es todo. También colocarán más asientos y más puntos de recarga para la tarjeta SUBE. Las boleterías antiguas serán restauradas y el ingreso por la calle Brasil, conocido como “Patio de los leones”, reacondicionado y con nuevos negocios.
En marzo del año pasado, se inauguró el centro de transbordo, que une la cabecera de la línea C del subte con paradas de colectivos, y que alivió el enlace con el tren Roca. Anteriores son las obras que cambiaron las paradas y los refugios para colectivos, y la puesta en valor de ambas plazas.
Según Trenes Argentinos Operaciones -la empresa del Estado que administra la operación ferroviaria- invertirán $ 477 millones y aunque, en principio, los trabajos deberían estar terminados en junio, fuentes oficiales informaron que podrían concluir durante el tercer trimestre del año.
Los cambios parecen estar en el ADN de la estación Constitución, una de las más bellas de la Ciudad, que se convirtió, junto con la de Retiro, en un ejemplo clave de la arquitectura monumental.
El edificio original fue inaugurado en 1865, pero veinte años después -en un momento en el que Buenos Aires comenzaba a dejar de ser aldea para transformarse en urbe- quedó chico.
Fue entonces que se construyó parte del actual edificio, inspirado en el castillo francés de MaisonsLaffitte, e inaugurado en 1887. Pero
como el movimiento de gente continuó en aumento, fue ampliado hacia los laterales varias veces.
Una de las obras de extensión fue realizada entre 1902 y 1907, cuando los arquitectos Paul Bell Chambers y Louis Newbery Thomas también incorporaron la cúpula que todavía subsiste. Mientras que el último gran cambio en el lugar se hizo entre 1922 y 1925. Además de sumar playas de maniobras y un gran depósito, cons
truyeron el hall central actual, que da a Hornos.
“Junto con Retiro y Once, Constitución es una de las principales estaciones de trenes del país, ya que conecta a los usuarios del tren Roca, que es el más utilizado del Área Metropolitana, y también los trenes a Mar del Plata y Bahía Blanca”, recordó el ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich. Y agregó: “Queremos que los usuarios elijan el tren. Las reformas son para poner en valor el patrimonio histórico y también incorporar seguridad a través de la tecnología, como ocurre con el nuevo sistema de monitoreo de cámaras”.
En agosto se supo que los trenes que unen Capital y el GBA aumentaron sus pasajeros y volvieron a transportar más de un 1,2 millón de personas por día en promedio. Aún lejos de las marcas históricas y menos que el subte. La apuesta oficial es invertir para triplicar esos usuarios.