Crece la controversia sobre el origen del veneno usado contra el espía ruso
Moscú no logró que se le permita estar en la investigación. Choque del canciller británico con los científicos.
Rusia perdió la batalla en la Organización para la prohibición de las Armas Químicas en La Haya, en un intento de conseguir una nueva investigación en el envenenamiento del doble espía Skripal y su hija.Por 15 a 6 votos y 17 abstenciones se bloqueó en la tarde del miércoles el pedido ruso mientras crece la polémica por el verdadero origen del gas nervioso Novichok, que contaminó a los Skripal. Las autoridades británicas sostuvieron que el origen “era altamente probable” que fuera ruso hasta ahora. La Organización en La Haya dio un informe técnico y no estableció responsables, tal como se había anticipado.
Los argumentos sobre el origen del gas nervioso generaron una fuerte polémica el martes en Gran Bretaña. Comenzó cuando el jefe del laboratorio de Porton Down, donde reconocieron el Novichok, dijo a Sky News que no pudieron probar su origen. Una afirmación que reflejó una fuerte guerra de presiones entre el gobierno de la premier Theresa May y los bacteriólogos de este departamento de la guerra fría en Wilshire, tras el incidente.
Al mismo tiempo el Foreign Office debió borrar un twitter del canciller Boris Johnson, donde afirmaba que en el laboratorio de Porton Dawn, le habían informado que el origen del gas nervioso era ruso. El líder laborista acusó a Johnson de “mentir a la opinión pública”. El canciller retrucó al laborista diciendo que Jeremy Corbyn juega “la carta rusa” mientras el escándalo que rodea al incidente escala. Corbyn puso en duda desde el primer día el origen del gas tras luego admitir que no necesariamente el gobierno ruso era responsable.
El jefe de laboratorio británico de Porton Dawn , Gary Aitkendhead di- jo que los británicos habían identificado el agente como Novichok pero “no fue posible demostrar su origen” ruso “porque no es nuestro trabajo”. Es un trabajo que se debe complementar con la inteligencia, a la que tiene acceso el gobierno británico.Las declaraciones generaron un ”imbroglio” sin precedentes, donde todas las partes comenzaron a acusarse mutuamente y pedir explicaciones.
El “altamente probable“de May para involucrar a los rusos, “la única explicación plausible” de que eran los rusos del comunicado de la UE tras la presión británica, jugo un rol fundamental en esta guerra de palabras que -hasta ahora- no ha establecido una responsabilidad directa de Rusia con pruebas.
Todo comenzó temprano en la mañana. Después de la declaraciones del titular del laboratorio químico, Diane Abbot, la ministra del interior laborista en las sombras, dijo que Johnson había mentido al público sobre la evidencia del Novichock. “Esos oficiales no pueden identificar la fuente. Boris Johnson supuestamente representa a Gran Bretaña en el mundo.Pero otra vez el ha demostrado que es incapaz de hacerlo responsablemente”, dijo.
Corbyn denunció que “Johnson tiene serias responsabilidades a responder.El dijo en la televisión alemana que era un agente nervioso producido por Rusia y, examinado en Porton Down, ellos dijeron que pudieron determinar que es Novichock. Pero no pueden saber de dónde viene y la organización de armas químicas está reunida para discutir de donde proviene.
La cancillería británica hizo un tweet en apoyo de lo que el canciller dijo y después lo removió ayer, luego que Portón Down dijo que no puede identificar la fuente de él. Entonces Boris Johnson excedió la información que le dieron y dijo al mundo categóricamente lo que el creía que pasaba. Y no está apoyado en evidencias que le dieron en Porton Down en primer lugar.Boris Johnson necesita dar algunas respuestas”, desafió Jeremy Corbyn.
El ex embajador británico en Uzbekistan, Craig Murray, defenestrado por el Foreign Office por su defensa de los derechos humanos en ese régimen dictatorial, sugirió que Israel podría estar acusado por el ataque en Salisbury. Según su blog , recibió confirmación de fuentes del Foreign Office que los científicos de Porton Down tres semanas atrás “no habían podido identificar la manufactura rusa del gas” y que estaban “resentidos por la presión” que se ejercía sobre ellos.
Solo habían aceptado firmar bajo la fórmula “de un tipo desarrollado en Rusia”, como “una fórmula de compromiso” para que Theresa May explicara ante la Cámara de los Comunes y el Consejo de Europa, tras un encuentro muy difícil. Por eso la premier Theresa May nunca dijo “un agente nervioso hecho en Rusia” sino “de un tipo desarrollado por Rusia” como explicación oficial. Esta fue la precisa frase que se utilizó también en el comunicado conjunto con la Unión Europea. ■