Rusia, Irán y Turquía prometen un “alto el fuego” duradero en Siria
Rusia, Irán y Turquía se comprometieron ayer en Ankara a cooperar para lograr un “alto el fuego duradero” en Siria, donde los tres países se impusieron como potencias determinantes.
Sus respectivos presidentes, Vladimir Putin, Hasan Rohani y Recep Tayyip Erdogan se reunieron para intentar avanzar hacia una solución de la guerra que arrasa Siria, en un momento en que Estados Unidos se in- clina por el retiro de sus tropas. Trump expresó en varias ocasiones en los últimos días su deseo de una rápida retirada de los alrededor de 2.000 soldados estadounidenses desplegados en ese país para luchar contra el ISIS, y ayer lo confirmó la Casa Blanca.
En un comunicado publicado tras la cumbre en Ankara, Putin, Rohani y Erdogan “reafirmaron su determinación en cooperar activamente en Siria con vistas a lograr un alto el fuego duradero entre los beligerantes”.
También subrayaron su voluntad de “acelerar sus esfuerzos para garantizar la calma sobre el terreno y proteger a los civiles en las zonas de distensión y facilitar un acceso rápido de la ayuda humanitaria a esas zonas”. Moscú y Teherán, que apoyan al gobierno sirio, y Ankara, que respalda a los rebeldes, son los padrinos del proceso de Astaná, que permitió la puesta en marcha de cuatro “zonas de distensión” en Siria.
Gracias al apoyo de Moscú y de Teherán, el régimen de Al Asad logró recuperar más de la mitad del territorio sirio. Y Turquía, principal apoyo de los rebeldes, los ha ayudado a tomar el control de grandes extensiones de territorio en el norte del país.
Durante una conferencia de prensa tras la cumbre, Putin denunció una falta de acción de la comunidad internacional para buscar una solución a la guerra en Siria. “Nadie hace prácticamente nada, salvo Irán, Turquía y Rusia”, aseguró. “Vemos pequeñas entregas de ayuda humanitaria por parte de la ONU, pero eso claramente no es suficiente”, agregó.
Por su parte, Erdogan hizo hincapié en las operaciones militares llevadas a cabo por Turquía en el norte de Siria contra la milicia kurda Unidades de Protección Popular (YPG), considerada terrorista por Ankara pero aliada de Washington en la lucha contra el ISIS. “No nos detendremos hasta haber terminado de asegurar estas regiones, especialmente Manbij”, dijo en referencia a esta estratégica ciudad del norte de Siria, donde están desplegados soldados estadounidenses junto a las YPG.
Rohani, cuyo país apoya activamente al presidente sirio, Bashar al Assad, defendió la autodeterminación: “El futuro de Siria pertenece a los sirios”. A pesar de ese compromiso de cooperación, la búsqueda de una solución a la guerra en Siria, que en siete años dejó más de 350.000 muertos, tropieza con los intereses contradictorios de estos tres países y sus divergencias respecto al futuro de Al Assad. Muestra de estas divisiones, Rohani consideró en su discurso que la ciudad de Afrin, arrebatada por Ankara a las YPG el mes pasado, “debería ser transferida al control del ejército sirio”. ■