Afirman que subir impuestos a las gaseosas mejora la salud pública
Más impuestos sobre gaseosas, bebidas alcohólicas y cigarrillos podrían ser una poderosa respuesta al aumento de las tasas de enfermedades no transmisibles (ENT) en el mundo, según un estudio publicado en la revista médica británica The Lancet.
Basado en datos de 283 estudios realizados en 13 países de distintos continentes, la investigación presenta una fuerte evidencia de que los impuestos sobre productos "no saludables" tienen el potencial de producir importantes ganancias de salud, principalmente entre los sectores más pobres de una sociedad, al lograr reducir su demanda. Y disminuir sus riesgos de sufrir males como enfermedades cardíacas, apoplejía, diabetes, enfermedades respiratorias crónicas y cáncer, todas ellas responsables de 38 millones de muertes al año.
"Los impuestos sobre productos no saludables pueden producir importantes beneficios para la salud, y la evidencia muestra que pueden implementarse de manera justa, sin dañar desproporcionadamente a los más pobres", afirmó Rachel Nugent, vicepresidenta de RTI International, un instituto de políticas de salud sin fines de lucro en Seattle, y presidenta de The Lancet Taskforce.
El análisis se basó en los datos disponibles de Chile, Guatemala, Panamá, Nicaragua, Albania, Polonia, Turquía, Tayikistán, Tanzania, Níger, Nigeria, India y Timor-Leste. En esos estados se estudiaron los patrones de consumo, el gasto y la capacidad de respuesta a los cambios de precios en diferentes grupos de ingresos.
Según el estudio, el aumento de impuestos afecta más a las familias más ricas. Además, el análisis mos- tró que los hogares de bajos ingresos responden más fácilmente a los cambios de precios que los más ricos.
En el Reino Unido, la respuesta a la posible introducción de un precio mínimo para el alcohol se estimó en 7,6 veces mayor en los sectores más carenciados, en comparación con los más ricos. En México, la introducción de un impuesto a las bebidas gaseosas resultó en un promedio de 4,2 litros anuales menos comprados por persona, con una disminución del 17% en las compras entre los grupos de menores ingresos.
"Las conclusiones científicas sugieren que son exageradas las sospechas según las cuales subir los impuestos al tabaco, el alcohol y las bebidas gaseosas perjudica a los pobres", dijo Nugent.
En Argentina, la reciente reforma tributaria iba a incluir un alza impositiva para las bebidas azucaradas, pero se quitó. "Estamos muy atrasados en esto. Pese a lo que recomiendan todos los organismos, no se subieron impuestos. Y es una pena, porque demostramos que si reducís 20% el consumo de bebidas azucaradas, reducís 14.000 casos de diabetes", precisa Raúl Mejía, investigador del Centro de Estudios de Estado y Sociedad.
El ministro de Salud de la Nación, Adolfo Rubinstein, asegura que "el impuesto a los productos no saludables es la estrategia de mayor impacto para reducir el consumo". Y agrega que hay otros métodos también efectivos para desalentar la compra, como las advertencias sanitarias en el envase que se ven en los cigarrillos.
Sobre el frustrado impuesto a las bebidas azucaradas, cree que "en algún momento volverá a la agenda pública". Y recordó que "Argentina es uno de los cuatro países de mayor consumo de bebidas azucaradas". ■