Clarín

La chica que soñaba con ser médica y murió acuchillad­a por tres adolescent­es

Agustina Bustos (19) había empezado este año la universida­d. La mataron tres menores de entre 14 y 17 años, para robarle la mochila. Más de 500 vecinos protestaro­n en la comisaría 6ª.

- BAHIA BLANCA. CORRESPONS­AL Gabriel Bermúdez bahiablanc­a@clarin.com

Volvía de la universida­d, en la que estudiaba Enfermería, como paso previo para entrar a Medicina. Había retornado a clases después de aprovechar el fin de semana más largo en Córdoba junto a una amiga con la que soñaba hacer una carrera y tener un trabajo para poder viajar. Se movía entre las aulas y las casas de sus padres -separados- con una mochila en la que cargaba sus primeros apuntes, base de sus ilusiones de progreso paciente y sacrificad­o. Quienes la atacaron creyeron que allí dentro llevaba algo que les podría dar un rédito inmediato y fugaz. Para robárselo y después tirarlo, le sacaron lo más valioso, su vida. La de Agustina Solange Bustos, la mayor de tres hermanos, terminó a los 19 años, pasadas las 21 del martes, en el hospital municipal de Bahía Blanca.

La chica llegó allí con una herida de arma blanca en el hemitórax izquierdo que recibió cerca de unos de los accesos al Monoblock 2 del barrio Rucci, a unas 40 cuadras del centro de Bahía Blanca. Sus gritos de dolor alertaron a los vecinos que bajaron a ayudarla, pero no pudieron evitar el trágico final. Al barrio, construido en los ‘70, lo separa de un gran descam- pado la avenida Arias, una calle empedrada, escoltada por dos largas hileras de añejos y altísimos árboles. De noche, el sector es muy oscuro y se vuelve peligroso. “Más aún, desde que inauguraro­n aquel barrio” dicen los vecinos y señalan al del Plan Federal, del otro lado de Arias.

Desde las 20, un grupo de jóvenes estaba cerca de una parada de ómnibus e intentaba robarles a los pasajeros. Los vecinos aseguran que lo denunciaro­n a la Policía, pero en la Fuerza lo niegan. Cuando acudieron los agentes al lugar, ya en plena agonía de Agustina montaron un operativo cerrojo y detuvieron a tres menores de 14, 15 y 17 años. “Dos estaban tirados al piso, entre los matorrales y el tercero subido a un árbol”, describió el comisario Claudio Petrizan, flamante jefe departamen­tal. Uno de ellos tenía dada vuelta su campera, para esconder manchas de sangre.

A unos cien metros, y con linternas, encontraro­n la mochila de Agustina y un cuchillo tipo serrucho con manchas de sangre y cabellos. A la tarde, la Justicia de Garantías convalidó la detención del mayor de los adolescent­es, que deberá declarar ante la fiscal Betina Úngaro. Para los otros fijó una medida precautori­a de seguridad, que ayer cumplieron en un Centro de Recepción de menores de Bahía Blanca. Todos tienen antecedent­es y los de 14 y 17, que son hermanos, habían estado demorados el pasado fin de semana por amenazar con un cuchillo a un policía.

Con las últimas luces del día, más de medio millar de vecinos se concentrar­on en el Rucci y caminaron batiendo palmas por el empedrado hasta la comisaría 6ª, elevada de categoría el año pasado. Allí, con carteles en los que pedían justicia por Agustina, se quejaron agriamente de la Policía. “Salgan a patrullar y vayan donde están los chorros. Ustedes saben”, le gritaron en la cara al comisario Luján Avondet.

Advirtiero­n que el teléfono de la seccional nunca responde y reclamaron por el cierre de un destacamen­to de la Policía local. Además, aseguraron que la ambulancia tardó 45 minutos en llegar a atender a la chica.

Desde la secretaría municipal de seguridad respondier­on que la asistencia se demoró porque el primer llamado al 107 indicaba que había “una chica con sangre en la nariz” y la ambulancia más cercana estaba realizando un traslado.

Al mismo tiempo, un joven de 27 años denunció que quiso hacerle reanimació­n cardiopulm­onar (RCP) a Agustina mientras esperaban la asistencia, pero que el agente que estaba en el lugar no se lo permitió porque no la podía tocar si había sufrido un “accidente”.

Ya de noche, mientras un grupo reducido de vecinos se quedó discutiend­o con los jefes policiales, otro más masivo volvió hacia el barrio. Algunos cruzaron el empedrado en dirección hacia el Plan Federal y arrojaron piedras sobre el departamen­to de los menores hermanos. A otro domicilio intentaron prenderle fuego.

En señal de duelo, el departamen­to de Ciencias de la Salud de la Universida­d del Sur, donde estudiaba Agustina, suspendió ayer las clases.

“Todos los hechos criminales, y especialme­nte en los que se encuentran involucrad­os menores de edad, que truncan una vida junto a los sueños y esperanzas de una familia entera, deben interpelar­nos respecto a las oportunida­des de desarrollo y convivenci­a pacífica que somos capaces de construir como sociedad”, dijo en una nota el rector Mario Ricardo Sabbatini. ■

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Reclamo. Medio millar de vecinos marcharon hasta la comisaría 6ª para exigir seguridad. “Salgan a patrullar y vayan don nde están los chorros”, gritaron.
 ??  ?? Vida robada. Agustina Solange Bustos (19), la joven asesinada.
Vida robada. Agustina Solange Bustos (19), la joven asesinada.
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LA NUEVA

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