Tenía arresto domiciliario, le puso la tobillera a su caniche y salió a robar
Es una ex policía detenida desde 2016. Investigan a su pareja y a quien le colocó el mecanismo.
Una mujer de 37 años fue detenida tras asaltar un local en el centro de La Plata. Hasta allí, un hecho común de inseguridad en la Provincia. Pero más tarde, la Policía comprobó que se trataba de una ex agente de la Bonaerense con prisión domiciliaria que le puso la tobillera a su perro caniche para poder salir a robar.
El hecho ocurrió el miércoles de la semana pasada en un comercio de las calles 10 y 49. De acuerdo al relato de la vendedora, una supuesta clienta entró al lugar, eligió varios productos y charló unos minutos hasta que sacó un par de armas y reveló sus verdaderas intenciones. Todo quedó filmado por una cámara de seguridad.
Se llevó, entre otras cosas, un teléfono con rastreo satelital que le sirvió a la Policía para detenerla a menos de cien metros del local. Entre la ropa de la sospechosa encontraron etiquetas del local asaltado, el celular rastreado y las dos armas usadas para intimidar a la víctima: un revólver calibre 38 sin marca visible, con la numeración suprimida y tres balas, más la réplica metálica de una pistola negra.
Al ser llevada a la comisaría 1ª , donde la acusaron por “robos calificados, portación de arma de fuego y privación ilegal de la libertad”, la mujer dio un nombre falso.
La mentira se sostuvo durante el tiempo que les demandó a los inves- tigadores cruzar las huellas dactilares de la acusada con el registro de antecedentes, en el que aparecía ingresada con su real identidad: Miriam Emilce Vaca Guevara, de 37 años, oficial de la Bonaerense desafectada de servicio y con arresto domiciliario desde noviembre de 2016.
Al parecer, Vaca Guevara tenía ese beneficio por una causa caratulada “resistencia a la autoridad y encubri- miento”, por la que fue detenida en septiembre de 2016 y alojada en la Unidad Penitenciaria 51 de Magdalena, donde no permaneció más de dos meses.
La Policía detectó además que la ladrona debía cumplir con ese beneficio bajo monitoreo de una pulsera electrónica que, por supuesto, no estaba usando.
El dispositivo fue hallado en la casa de la detenida, en la localidad de Los Hornos, “colocado en el cuello de un perro caniche”.
Fuentes oficiales confirmaron que la malla del dispositivo de Vaca Guevara “no está violentada”, por lo que suponen que “pudo sacársela porque adelgazó o estaba mal colocada”.
Un dato que llamó la atención de los investigadores es que la pareja de Guevara es agente del Servicio Penitenciario Bonaerense. El hombre quedó investigado por una eventual responsabilidad en el hecho.
También quedó bajo la lupa el penitenciario encargado de la instalación de la tobillera, quien ya fue apartado de su cargo y puesto a disponibilidad. Además, Asuntos Internos hizo una denuncia en la Fiscalía para determinar si la instaló mal por negligencia o connivencia.
Esta última es la hipótesis más fuerte, ya que el instalador (que fue corrido de su tarea en 2017) y el novio de Vaca Guevara trabajaron juntos en la comisaría 9ª de La Plata. ■