“Las redes son un medio para que me vengan a ver”
El bahiense habla de su propuesta de stand up, magia, música y baile, y dice que el secreto del éxito es ser genuino.
A los 12 años, Agustín Aristarán estaba lleno de nervios. Su debut como mago era en la entrega de premios de un concurso literario en un teatro de su ciudad, Bahía Blanca.
Encima le faltaba un apodo en el cual refugiarse si la situación no salía bien. Ahí apareció su hermano mayor, Manuel, que le recomendó el nombre de uno de los personajes de El Señor de los anillos Radagast.
Hoy, 22 años después de aquella anécdota, el desafío es diferente: es su primera presentación en el teatro Gran Rex, mañana. “Tengo mucha ansiedad, miedo, nervios.... Se trata de la despedida de mi espectáculo pero también habrá varias sorpresas”, anuncia.
Stand up, magia, baile, clown y música es lo que combina Agustín en sus presentaciones, que en esta oportunidad tendrá a Benjamín Amadeo como invitado y el debut de su banda, Los Colibriquis, con quienes hace “canciones propias y algunos covers algo deformados”. Ese es uno de los tantos proyectos del hombre que es furor en las redes sociales, con más de un millón y medio de seguidores entre Facebook e Instagram gracias a divertidos videos que se volvieron virales.
Luego, tiene en su agenda una gira por México y los Estados Unidos, la salida de un disco de canciones infantiles reversionadas con Dread Mar I, el estreno de la película Re Loca con Natalia Oreiro, donde ha- ce una participación, y el armado de su nuevo espectáculo teatral.
“Siempre laburé mucho. Soy una apasionado de mi laburo, me gusta mucho y nunca hice otra cosa. Cuando era chico mi vieja me decía: ‘Agus, pará un toque’. Pero hago las cosas que me gustan hacer”, explica Agustín, que también tiene un especial de humor en Netflix. -Antes de una fecha como la del Gran Rex, ¿pensás en el camino recorrido y el esfuerzo realizado? -Soy medio melanco, pero no me quedé en ese papel de que vine con la guitarra al hombro. Yo vine a Buenos Aires con 19 años con muchos huevos gracias a que mis viejos me dijeron ‘va a estar todo bien’. El mensaje siempre fue ‘vas a poder’. -¿Nunca sufriste un bajón?
- Nunca. Lo juro. Por suerte siempre tuve mucho laburo. Y confío mucho en que va a ir bien. Mi mayor trabajo es pensar en lo que viene y proyectar. Tengo mis miedos, pero siempre voy para adelante. -¿Para vos, las redes sociales son un medio o un fin?
-Un medio. Sólo que pienso los contenidos para que me conozcan y que cada vez más gente venga a verme al teatro. Las redes me cambiaron la vida, pero vengo trabajando y haciendo esto desde mucho antes.
-¿Cómo arrancó tu historia en las redes y cuándo ocurrió el click? -Tenía una red social que usaba cada tanto para promocionar mis fechas. Hasta que un amigo humorista me dijo que tenía que jugar en Instagram. Y eso me permitió hacer lo que me pinta, la corneta (su principal latiguillo), la ‘visagra’ que es un juego con mi hija Bianca y mostrar los juegos que hago con ella. Eso me facilitó decir qué importa si sos standapero, mago, clown... lo importante es que la gente se ría y le guste lo que hago. -¿Algún consejo para aquél que quiera ser un instagramer?
- Hacé lo que te gusta. Eso es lo que le gente creo que busca. En mi casa, un chabón común hace lo que le gusta y se divierte en la casa. Ser lo más genuino posible y mostrar lo que te divierte. Y no estar pensando en la cantidad de seguidores, en cuán famoso me voy a hacer, o en si Marcelo Tinelli me va a llamar al Bailando. Eso irá sucediendo cuando sea el momento, pero uno tiene que ser fiel a uno mismo y a lo que quiere hacer.
La cuenta de Agustín (@soyradagast) tiene casi 830 mil seguidores y una gran cantidad de videos que se comparten por todos lados hasta llegar a convertirse en virales. “La palabra seguidores me suena medio raro. Prefiero decir que es gente mirando mis contenidos”, dice.
“Escribo ideas todo el tiempo y las desarrollo filmando. Después lo edito y lo subo”, revela Radagast, que grabó varios con su hija. Pero aclara: “Lo que se ve en los videos es un juego. Después, soy un papá normal, súper rompebolas, la mando a hacer la tarea, a lavarse los dientes... Además, antes de publicar un video con ella le pregunto dos veces, en días diferente, si puedo subirlo. Sólo lo publico si pasa ese filtro. Hace poco me pidió que no vuelva a subir uno, y eso lo respeto”. ■