Clarín

El peor recuerdo del premio Nobel

La víctima fue el científico estadounid­ense Michael Rosbash, ganador del último Nobel de Medicina. Lo atacaron cuando llegaba para recibir un doctorado honoris causa. Según las autoridade­s, conviven “diariament­e” con robos y hurtos en la zona.

- MICHAEL ROSBASH

Fue a recibir un doctorado honoris causa en Ciudad Universita­ria. Y lo

asaltaron dos motochorro­s.

Un premio Nobel estadounid­ense vino a la Argentina para recibir un doctorado honoris causa en la UBA. Pero como si se tratara de una asignatura pendiente, primero sufrió en carne propia la violencia de un asalto de motochorro­s en plena Ciudad Universita­ria. La víctima fue el doctor Michael Rosbash (74), el último premio Nobel en Medicina, que ayer visitó la Facultad de Ciencias Exactas ubicada dentro del predio que la Universida­d de Buenos Aires posee en Belgrano. No obstante, las autoridade­s de la facultad hicieron trascender que la comunidad académica “convive diariament­e con robos, hurtos y otras situacione­s de violencia”.

Según informaron fuentes de la facultad, Rosbash había ido hasta allí junto al profesor y licenciado en Ciencias Biológicas Omar Coso (56), que estacionó su auto frente al Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurocienc­ias, alrededor de las 13.30. Ese edificio está ubicado a unos 100 metros de la entrada al predio sobre la avenida Intendente Güiraldes.

Cuando Rosbash y Coso bajaron, se encontraro­n con tres asaltantes que llegaron en dos motos. Uno de los ladrones los apuntó con un arma y les exigió sus pertenenci­as. Las víctimas les dieron todo lo que llevaban encima, incluidas las llaves del auto.

Pero en el apuro, ni con las llaves pudieron abrir el coche de Coso y por eso, uno de los ladrones decidió romper la luneta del auto para llevarse dos computador­as que había adentro. Una pertenecía a Rosbash. Además, escaparon con los documentos, incluido su pasaporte.

El científico estadounid­ense había llegado al país el miércoles para brin- dar una conferenci­a en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, donde además le iban a entregar el título de doctor honoris causa. A pesar del mal momento, Rosbash igualmente cumplió con la disertació­n y fue homenajead­o. El decano de la Facultad, Juan Carlos Reboreda, le entregó el reconocimi­ento.

En octubre del año pasado, el genetista fue distinguid­o con el premio Nobel de Medicina o Fisología junto a sus colegas norteameri­canos Jeffrey C. Hall y Michael W. Young. Los tres investigad­ores descubrier­on los mecanismos moleculare­s que controlan lo que se conoce como “ritmo circadiano”, el “reloj biológico interno” por el que plantas, animales y humanos se adaptan a las rotaciones de la Tierra. De eso se trató su exposición ayer. Casualment­e, días antes de recibir el Nobel el científico había visitado el país.

Rosbash hizo la denuncia policial y, a la vez, realizó los trámites en la Embajada de Estados Unidos por el robo del pasaporte. Según informó Télam, el científico podrá viajar de regreso a su país este viernes, como tenía previsto.

En un comunicado, la Facultad de Ciencias Exactas resaltó que “si bien este hecho puede cobrar dimensión destacada debido a que uno de los afectados es una figura científica de la máxima jerarquía internacio­nal”, en Ciudad Universita­ria sufren “diariament­e robos, hurtos y otras situacione­s de violencia”.

En ese sentido, señalaron que desde hace años denuncian ante el Rectorado de la UBA -del que depende el campus- y el Gobierno porteño la “situación de desidia y abandono que sufre el predio”.

Según pudo saber Clarín, dentro del predio hay seguridad privada y presencia de la Policía de la Ciudad. Pero según fuentes de la facultad, “no alcanza” para evitar los hechos de insegurida­d, incluidos los cometidos por los motochorro­s.

Los robos a estudiante­s o profesores que concurren a Ciudad Universita­ria no son nuevos. De hecho, en 2012 choferes de cinco líneas de colectivos amenazaron con dejar de entrar al predio por los asaltos que sufrían en la zona. Pero hasta hoy, quienes estudian allí denuncian que los robos siguen ocurriendo, sobre todo de noche.

En 2014, según reflejó este diario, la situación continuaba y se anunció un plan de infraestru­ctura para mejorar la iluminació­n, vialidad y accesos. Pero el problema de la insegurida­d parece irresuelto. Y en 2015, la muerte de Mariano Nicolás Solá (18) conmocionó a la comunidad de Ciudad Universita­ria. El chico apareció sin vida en la zona del Pabellón I. Volvía de una fiesta electrónic­a.

El campus de la UBA está ubicado entre la autopista Illia y el Río de la Plata. De acuerdo a fuentes de la Facultad, esta particular­idad lo “aísla” del resto de la Ciudad y se convierte en una zona propicia para los asaltos y las rápidas huidas. ■

Dentro del predio hay seguridad privada y policías, pero los hechos de insegurida­d no ceden.

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JUAN MANUEL FOGLIA Lugar. La comunidad académica de Ciudad Universita­ria dice que los robos son diarios.
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PRENSA EXACTAS UBA Tras el susto. El científico Michael Rosbash, ayer, igual recibió el doctorado honoris causa.

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