Por primera vez cosechan verduras en la Antártida
Es un proyecto para el autoabastecimiento en condiciones extremas. No usan tierra, luz solar ni pesticidas.
Ingenieros alemanes cultivaron lechuga y tomates a 20° bajo cero.
Un grupo de ingenieros aeroespaciales alemanes consiguió cultivar por primera vez verduras en un laboratorio de la Antártida. Se trata de un proyecto de horticultura diseñado para abastecer a los seres humanos que viven en condiciones extremas, como por ejemplo el espacio exterior.
Los científicos lograron cosechar 3,6 kilos de lechuga, 18 pepinos, 70 rabanitos y especias (albahaca, perejil, cebolla de verdeo y cilantro). Todas crecieron en un invernadero de alta tecnología mientras la temperatura exterior toca los -20 grados.
El operativo estuvo a cargo del ingeniero y jardinero antártico Paul Zabel, quien pasa de tres a cuatro horas diarias nutriendo y revisando la huerta. Además, mantiene un contacto regular con el centro de control en el Instituto DLR de Sistemas Espaciales en Bremen, Alemania, desde donde el cultivo de plantas se monitorea remotamente.
“Después de sembrar a mediados de febrero, tuve que enfrentar algunos problemas inesperados, como fa- llas menores del sistema y la tormenta más fuerte del año”, explicó Zabel.
Estas plantas crecen sin tierra, luz solar ni pesticidas en una instalación ubicada a 400 metros de la estación de investigación polar alemana Neumayer III. Cada dos minutos sus raíces se riegan con una sustancia nutritiva mediante un sistema controlado por computadora.
“El sistema que utilizan es conocido como cultivos de interiores y la técnica se llama hidroponía. Es bastante común aunque por su elevado costo, no se utiliza para producciones industriales de gran escala. Este tipo de cultivos se pueden realizar en cualquier lugar, incluso fuera de la Tierra. Lo importante es que se mantenga la temperatura ambiente -en- tre los 20 y los 25 grados- tener una lámpara de luz para lograr la fotosíntesis y alguna solución nutritiva del tipo Hoagland, compuesta por varios elementos. Tanto las lechugas como los rábanos son más simples de cultivar. En cambio el tomate es un poco más complejo ya que primero tenés que lograr que la planta florezca para que luego produzca el fruto”, resume Gervasio Piñeiro. Ingeniero Agrónomo y doctor en Ciencias Agropecuarias, investigador del Conicet.
Para los próximos meses, los investigadores del DLR esperan una recolección completa de este contenedor hidrópico. La intención es que alrededor de cuatro a cinco kilogramos de verduras frescas se deben cosechar por semana.
Durante el invierno antártico la estación Neumayer está aislada, por lo que la tripulación se ve obligada a alimentarse por meses de provisiones y renunciar a la verdura fresca. Con este proyecto, los investigadores quieren adquirir saber para futuras misiones a la Luna o Marte. Allí se podrían construir invernaderos para proveer de verdura fresca a los astronautas. “Sabemos que la NASA ya logró producir con éxito vegetales en la Estación Espacial Internacional (EEI), aunque el proyecto de la Antártida quiere producir un rango más amplio de verduras que quizás algún día puedan cosecharse en Marte o en la Luna”, señaló Daniel Schubert, gerente de proyecto del DLR.
En el marco de la misión Veg-03, los miembros de la tripulación plantaron dos lotes de verduras mixtas, que incluyen lechuga roja romana y repollo. Los científicos de la NASA, quienes esperan que este procedimiento forme parte integral de las expediciones en la EEI, estudian la forma de optimizar el funcionamiento del hardware de plantación llamado Veggie, el cual proporciona iluminación y nutrientes para un jardín espacial. ■