China acusó a EE.UU. en la OMC y Europa hará lo mismo contra Beijing
Europa se alinea con EE.UU. en la ofensiva contra China. Y Beijing acusa a Washington de practicas desleales.
Guerra comercial cruzada. China denunció ayer a EE.UU. ante la Organización Mundial del Comercio mientras la Unión Europea estudia por su parte denunciar a Bejing. El movimiento de los europeos parece un gesto para evitar que Washington active el 1 de mayo los aranceles al acero. La denuncia acusaría a China de robar propiedad intelectual pero pretende también una mayor apertura por parte del gigante asiático.
Europa pone una condición a EE.UU. para que su denuncia contra China se haga efectiva. Los europeos no quieren ir solos y preferirían que su denuncia fuera acompañada por otra similar por parte de la Casa Blanca. Sería también una forma de atraer a Donald Trump a la OMC, una institución a la que suele atacar.
Los europeos ya estarían discutiendo con estadounidenses y japoneses en la OMC sobre lo que consideran violaciones chinas de propiedad intelectual, aunque la Comisión Europea no habría tomado aún la última decisión, según las fuentes en Bruselas. Washington también acusa a Beijing de robar tecnologías innovadoras. Trump anunció un arancel del 25% a una lista de 1.300 productos chinos, buena parte de ellos de la rama tecnológica. EE.UU. dijo que China “obliga a empresas estadounidenses a transferir tecnologías y propiedad intelectual a empresas chinas”. Beijing respondió con represalias comerciales al anunciar sus propios aranceles a productos estadounidenses por US$50 mil millones.
Las empresas europeas acceden con muchas dificultades al mercado chino. Entre otras condiciones, Beijing les exige encontrar una empresa local para crear una sociedad conjunta. Las empresas chinas –entre ellas algunas controladas directamen- te por el Estado-, llevan años comprando firmas tecnológicas europeas sin apenas condiciones. Sólo en 2016 y 2017 120 firmas alemanas, principalmente de tecnología punta, pasaron a manos chinas. Bruselas además estima que el gigante asiático lleva a cabo prácticas ilegales en materia de propiedad intelectual que generan pérdidas multimillonarias a las empresas europeas.
Así, la Comisión Europea, competente en exclusiva en materia comercial para la UE, estaría estudiando presentar la denuncia contra China agregando una piedra más en la guerra comercial impulsada por el inquilino de la Casa Blanca. Europa quiere que China se abra, no ponga dificultades a las inversiones extranjeras, que permita a los privados trabajar sin excesiva intervención estatal, que respete la propiedad intelectual y que tome medidas para eliminar la sobrecapacidad de algunas de sus industrias, entre ellas la del acero.
Los europeos explicaron en las últimas semanas a sus homólogos estadounidenses que el problema en el mercado mundial del acero no se debe a sus productos, que se centran en la gama alta, sino a la sobrecapacidad de la industria siderúrgica china, que juega a bajar los precios e inundar el mercado y que recibe subvenciones públicas, al contrario que la europa.
La UE y China están negociando un tratado sobre inversiones que apenas avanza, pero la Comisión Europea, mientras oficialmente negocia con Beijing, también prepara la denuncia, que la pondrá del lado de EE.UU. a la vez que le permitiría protegerse de los chinos con relación a sus sectores estratégicos, sobre todo los relacionados con tecnologías punteras.
Bruselas no relaciona la denuncia con su intento de quedar exenta de los aranceles estadounidenses al acero. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dijo la semana pasada que creía poco probable un acuerdo con la Casa Blanca en las tres semanas que quedan.
Asimismo la comisaría europea de Comercio, Cecilia Malmström, repitió que no piensa negociar con Estados Unidos “con una pistola apuntando a la cabeza”. ■