El fútbol, una excusa para renovarse
El Mundial es una ocasión que dispara y estimula el consumo, y así lo capitalizan las empresas. Con cada Copa del Mundo, los consumidores hallan una buena oportunidad de renovar su TV y cambiarla por una mejor: idealmente smart y, sobre todo, de más pulgadas. Con la justificación de ver el evento en el hogar, con familia y amigos, el tamaño y la definición de la pantalla resultan claves para decidir el cambio, yendo siempre a más.
En línea con este impulso de cambio, en los últimos años, como tendencia, crecieron las alternativas de financiación para facilitar la compra de un nuevo aparato de TV. Recientemente, una marca local incluso redobló la apuesta y creó una promoción que beneficiaba al consumidor según los resultados de la Selección.
Con los cambios de los últimos años en el consumo de medios (auge de nuevas pantallas y móviles, contenido on demand, nuevas plataformas y servicios), el Mundial rescata una ocasión prototípica de la TV tradicional: el consumo en tiempo real, reforzado por la emoción de participar como espectadores de una competencia global, con expectativas de un triunfo largamente esperado.
Es uno de los pocos eventos donde la gran mayoría de la población participa en simultáneo y comenta los resultados con la mejor tecnología a su alcance, según las posibilidades de consumo de cada estrato social.
Al tanto de la importancia del Mundial, las marcas buscan capitalizar el entusiasmo y la pasión futbolera con los electrodomésticos, pero también con snacks, delivery y alcohol o dulces para brindar (o consolarse) si la Selección ganó (o perdió).
Para la gente, el Mundial es una buena ocasión de reunirse, compartir con familia y amigos, y “confirmar la identidad” argentina, tan asociada al fútbol. La compra de TV muchas veces se argumenta como un ahorro al actualizar bienes de la familia de modo conveniente y, además, disfrutable, conjugando así beneficios racionales y emocionales que confirman una “buena decisión”.