Clarín

Guardiola puede ser campeón mañana, pero hoy no lo perdonan

- Waldemar Iglesias wiglesias@clarin.com

El escenario ofrece contradicc­iones y matices. Y es territorio de discusión. Luego de su primera temporada sin títulos, Pep Guardiola construyó un equipo capaz de encantar. Que gana todo (o casi) en el ámbito local, que gusta mucho en cualquier escenario. Que era candidato en la Champions League hasta El Golpe de Anfield, ese 3-0 frente al Liverpool que cambió la percepción del ciclo del catalán bajo cielo inglés. Ahora, magia negra de un partido malo, llueven críticas sobre el entrenador de Sampedor en el ámbito de los medios masivos y hasta en los rincones anónimos de las redes sociales.

The Sun resulta lapidario: “El sueño de Pep se vuelve andrajos”. Daily Mail cuenta una verdad: “El City fue pulverizad­o”. The Mirror juega con las palabras. Al Liverpool lo llaman The Reds, el título dice: “IncREDible­s”.

Guardiola había llegado al Manchester City con expectativ­as máximas y se encontró con tropiezos a cada paso. En aquellos días, además, ofreció su honestidad brutal: “En mi situación ac- tual, en un club grande, estaría destituido. Estaría fuera, seguro. La presión la tuve cuando llegué a Barcelona. Allí no tenía nada para defender mi trabajo. En ese club o en el Bayern Munich, si en seis meses no ganaste nada, estás afuera. Ahí no hay una segunda oportunida­d. Aquí la tendré y ofreceré lo mejor”. Esa próxima temporada es la actual. Esa que cuenta un recorrido de gloria en la Premier League: este fin de semana, el City puede obtener su quinto título de Liga en la máxima categoría.

Esa cita resultará -tal vez- un hito, quizá el día más feliz para The Citi- zens: en el Etihad Stadium, su casa, puede dar la vuelta olímpica ante los vecinos y archirriva­les del United.

De todos modos, parece que en las grandes ligas nada alcanza si la Champions League no se ofrece como conquista. La Juventus ganó su sexto Scudetto sucesivo la pasada temporada, pero su derrota ante el implacable Real Madrid de Zinedine Zidane en la final de Cardiff le generó cuestionam­ientos. El PSG arrasó en su país en el último lustro, pero sus tropiezos en los tramos decisivos de la máxima competició­n de Europa lo muestra como El Equipo de los Fracasos. Son apenas dos ejemplos emblemátic­os, pero no únicos.

Sin embargo, esas miradas suceden mucho más adentro que afuera de los clubes en cuestión. Según sugiere el libro Herr Pep, una crónica sobre el primer año de Guardiola en el Bayern Munich escrita por el periodista Martí Perarnau, la prioridad que le establecie­ron al entrenador fue ganar la Bundes- liga. Algo similar sucedió en su arribo a Manchester para dirigir a los celestes. Lo contó él mismo en público. Correspond­e agregarlo: los ingleses, además, suelen celebrar como casi ningún otro territorio su competició­n local.

Y mal no le va en esas búsquedas posteriore­s a su Barcelona acaparador, vencedor de todos los títulos en una temporada, por ejemplo. El catalán ganó siete títulos en tres años bajo cielo bávaro, incluidas las tres Ligas locales. Ahora, en Inglaterra, ya obtuvo una League Cup y va por su primera Premier. En cualquier caso es cierto, Pep es un frecuente administra­dor de los presupuest­os más onerosos.

El Diario del Lunes, sin embargo, entiende que se trata de un fracaso cada paso en falso frente a rivales de dimensione­s parecidas. El mensaje es inequívoco: Champions o nada. Guardiola, de nuevo, aparece en el centro de la escena de los condenados que no ganan. O algo así. ■

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