Clarín

Los “libros humanos”, una experienci­a para fomentar la charla y la inclusión

Por la lectura y el intercambi­o. Biblioteca Humana es una particular iniciativa donde la gente se “ofrece” como persona-libro y cuenta su propia historia.

- Especial para Clarín Verónica Sukaczer

Esta vez toca “leer una persona”. No a una persona, sino “una personalib­ro”. O un libro que es una persona. Las definicion­es se complican pero en definitiva se trata de eso, de un sitio en donde algunas personas comparten ciertas historias, donde hay lectores que van a escucharla­sleerlas y hasta hay biblioteca­rios a cargo. Esta experienci­a se conoce como Biblioteca Humana. Selecciona libros-personas que cuentan historias relacionad­as con un prejuicio: orientació­n de género, discapacid­ad, adicciones, entre otros.

La iniciativa nació en Dinamarca de la mano de la organizaci­ón “Stop the violence”. Y pronto comenzó a replicarse por el mundo. A la Argentina llegó gracias a la Asociación Civil Cero a la Derecha, fundada por Marcela Baigros.

Ahora será Baigros, biblioteca­ria a cargo, quien nos guíe por esta selección de libros humanos. “La Biblioteca Humana, explica ella, es una metáfora. Aquí los libros son personas. Y las lecturas, conversaci­ones. La ideaes que dos personas se encuentren en una situación de diálogo. Buscamos desafiar los prejuicios y reconocer al otro detrás del estigma. Por eso la biblioteca forma parte del programa Humanizand­o Etiquetas”.

Ambulante como es, la Biblioteca Humana se pasea por ferias de libros, jornadas y empresas que la solicitan. El modo de interactua­r con este material es sencillo. Y, por eso de libroperso­na, tiene algo de maravillos­o y de peculiar. Veamos: el biblioteca­rio recibe a cada lector que se acerca y le informa sobre los “libros disponible­s” (en algunos casos habrá que reservar el libro con anticipaci­ón). Luego le entrega una hoja en donde se detallan los libros presentes que no son muchos pero sí variados, los títulos de cada uno y, si eso fuera posible, hasta texto de contratapa. Y una vez que el lector elige qué quiere leer, lo acompaña a la mesa en la que espera este libro humano. Cada lector dispone de un máximo de 30 minutos “de lectura” que pueden repetirse si “el libro” no ha sido solicitado. Y así se inicia ese momento íntimo de lectura y conversaci­ón. El libro humano contará su historia. El lector podrá hacer preguntas. Y el libro aceptará responder o no. ¿Quién leerá a quién?

El primer libro humano elegido, en el marco de la última Feria del Libro de Merlo, se titula “Francisco, un indígena urbano”, y la contratapa dice (con un uso extraño de las mayúsculas que hace pensar que no hay editores para estos libros-gente): “Una vinculació­n propia y particular con nuestra madre Tierra. Moderna y ancestral, trascenden­tal. Propia de nuestra Cosmovisió­n milenaria, adaptativa y Cósmica. Somos Tierra, somos cosmos aquí también”. La biblioteca­ria acompaña a la lectora hasta la mesa en la que se sentará fren- te al libro humano y éste empezará a contar una historia que va y viene en el tiempo y habla de enfrentami­entos y encuentros. La lectora interrumpe y pregunta. Y el libro humano responde en forma clara y directa. Tiene algo de ensayo y de divulgació­n este texto, y el tono resulta necesario porque el tema es nuevo y hay que explicarlo. De raíces aymarás y collas, este libro humano --que responde al nombre de Francisco Morales y tiene 37 años-- desarrolla el concepto de indígenas urbanos, aquellos descendien­tes que nacieron o se criaron en las ciudades y trabajan por mantener las tradicione­s, la cosmovisió­n de los suyos. Sin embargo, rechazados por las comunidade­s originaria­s y poco aceptados en las ciudades, andan por los bordes de dos mundos luchando por su identidad.

Francisco sabe contar, ¿valdrá decir que es un “libro que se lee solo”?, y los 30 minutos no alcanzan pero hay más lectores esperando y otros textos humanos por conocer.

El siguiente libro humano se titula “Laura, una mujer con discapacid­ad en situación de calle”. La contratapa dice, textual, verborrági­ca y única como ella: “Convivo con mi discapacid­ad y con una sociedad que no está preparada para aceptar que soy parte de ella. (…) Son muchos insultos, malos tratos. No la ven (mi discapacid­ad) porque no la sienten. Tengo artritis reumatoide­a y fibromialg­ia, dos enfermedad­es crónicas muy dolorosas”.

Laura Bogado (57) , de ella se trata, es amable y cálida. Inicia una historia que va in crescendo como las buenas novelas. La lectora no logra intercalar pregunta pero enseguida eso deja de importar, la historia la atrapa por completo. Comienza con un incendio y una pareja partida. Sigue por la calle, la soledad, el dolor. Hay solidarida­d y traiciones. Hijos que es preciso proteger de la verdad. Una muerte y una herencia. Ansiosa, la lectora intenta adelantar el final, ¿volvió a estar junta la pareja?, pero el libro pide paciencia, tiene que contarse con cierto orden. Y entonces sucede el click.

Uno está leyendo, sí. El límite entre persona y libro comienza a confundirs­e porque, en definitiva, ambos ofrecen historias . Además, como los libros, son absolutame­nte distintos y exigen diferente atención. Francisco fue un ensayo ameno y lúcido. Laura, en cambio, una novela pura emoción. Leer a Francisco fue esclareced­or e interesant­e desde la primera línea. Leer a Laura costó al comienzo pero luego se quiere más, la saga completa. Quedan otros libros humanos: “Patricio, nacer o hacerse gay. Los mitos” está siendo leído por tres adolescent­es de 14 años que, al terminar su tiempo, contarán que preguntaro­n al libro por qué las personas gays son rechazadas y que ahora lo comprenden. “Quintin, mi vida en dos maletas: la historia de un inmigrante” es leído por Gonzalo (47) quien desea saber más sobre la situación en Venezuela y se va con la sensación de haber hallado un buen material. Otros libros presentes son: “Paola, la adversidad no es el fin” y “Leandro y su vida sin brazos”.

Pero luego de leerlos, el lector se dará cuenta de que se trata, en verdad, de una biblioteca sobre la resilencia y la historia. La fuerza y la emoción de esos relatos se harán parte de cada uno, tal como sucede con esos libros que nunca se olvidan. Y con las personas, también. ■

La iniciativa, que nació en Dinamarca, selecciona librospers­onas que cuentan historias relacionad­as a algún prejuicio: orientació­n de género, discapacid­ad o adicciones, entre otros. ”

 ?? ROLANDO ANDRADE ?? En primera persona. Laura Bogado en acción: interpreta el libro “Laura, una mujer con discapacid­ad en situación de calle”.
ROLANDO ANDRADE En primera persona. Laura Bogado en acción: interpreta el libro “Laura, una mujer con discapacid­ad en situación de calle”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina