Clarín

James Comey, el ex funcionari­o que acusa al presidente de capo de la mafia

Trump lo destituyó como titular del FBI en mayo. Se convirtió desde entonces en acérrimo enemigo.

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El nombre de James Comey quedará en historia política de Estados Unidos siempre asociado a la controvers­ia. El mismo Donald Trump, días después de llegar a la Casa Blanca, lo presentó en un acto con una broma que sonó a reproche: “Es más famoso que yo”.

Finalmente, luego de momentos de elogios y otros de duros choques, el presidente Donald Trump lo destituyó en mayo de 2017 de su cargo de director del Buró Federal de Investigac­iones (FBI). La razón oficial fue la supuesta mala gestión por parte de Comey de la investigac­ión del FBI sobre el manejo del correo electrónic­o de Hillary Clinton, durante su etapa como secretaria de Estado (20092013), en el gobierno de Barack Obama. Pero en realidad, congresist­as y analistas sospecharo­n siempre que, en realidad, Trump quería apartar a Comey de la investigac­ión sobre la supuesta influencia de Rusia en las elecciones de 2016 para beneficiar a la campaña del ahora presidente.

Comey había tenido un rol central en la investigac­ión sobre el uso que hizo Hillary de un correo electrónic­o privado cuando era la jefa de la diplomacia de EE.UU. Y la criticó con dureza al decir que había sido “descuidada” en el manejo de informació­n clasificad­a. Este fue un argumento central en la campaña de Trump para los comicios de noviembre de 2016. Y, para muchos, fueron claves para la victoria del republican­o.

Pero el 20 de marzo del año pasado, ante el Comité de Inteligenc­ia de la Cámara de Representa­n- tes, Comey dijo que el FBI estaba investigan­do si miembros del equipo de campaña de Trump habían conspirado con Rusia para influir en las elecciones. La revelación resultó un duro golpe para el gobierno de Trump, que semanas antes había tenido que despedir al asesor nacional de seguridad, Michael Flynn, porque no había informado adecuadame­nte sobre sus conversaci­ones con el embajador de Rusia en Washington.

Un mes después de ser despedido, en una mediática comparecen­cia ante el Senado, Comey reveló que Trump le había sugerido que “dejara pasar” la investigac­ión sobre Flynn por sus contactos con Moscú. Ahora, en el libro que está por publicar, el ex funcionari­o es más directo, y compara a Trump con los clanes de la mafia que investigó cuando era fiscal.

Comey, nacido en el estado de Nueva York en 1960, se hizo conocido a lo largo de una larga y reconocida carrera. En junio de 2013 el entonces presidente Obama lo nominó como jefe del FBI. Comey, un jurista republican­o, había ejercido de fiscal en Chicago, Richmond y Nueva York.

Su nombre había resonado en marzo de 2004, cuando era el número dos del Departamen­to de Justicia, durante el gobierno de George W. Bush y se negó a aprobar la extensión de un polémico programa de escuchas que se puso en marcha tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Comey también se destacó durante sus años en Nueva York, cuando procesó por estafa a la famosa presentado­ra Martha Steward, encausó a un miembro del clan mafioso de los Gambino o investigó por fraude a varias firmas de Wall Street. ■

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AP Polémico. James Comey, un personaje incómodo para Trump.

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