Clarín

Los sobrevivie­ntes dejaron de consumir drogas pero aún intentan superar el trauma

Muchos siguen bajo tratamient­o psicológic­o. Y la mayoría prefiere no remover los recuerdos.

- Mariana Iglesias

“Contuvimos la situación e hicimos un trabajo para evitar el trastorno de estrés postraumát­ico. Por suerte hoy ninguno de los chicos lo sufre”. Sandra Zimmerman es psicóloga de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad. Desde un primer momento trabajó con los chicos que habían quedado internados y con los familiares de los chicos muertos. Cuenta que al principio los chicos tenían miedo de salir, y que ahora incluso algunos han vuelto a ir a fiestas electrónic­as, además de estudiar y trabajar. “Ninguno volvió a consumir drogas -asegura-. Nuestra labor es que no se genere el trauma, y lo logramos”.

Damián Sedeillan fue uno de los jóvenes internados. Al salir, dijo que lo único que quería era terminar la secundaria: “Me falta un examen y quiero rendirlo bien”. Damián terminó el colegio pero no siguió estudiando, ahora trabaja en una heladería. “No está motivado, algunas secuelas le quedaron...”, dice su mamá, Sandra.

Desde hace dos años Damián sigue un tratamient­o psicológic­o. Nunca más fue a una fiesta electrónic­a, nunca más tomó una pastillita. Aquella noche había comprado una “superman”, y había tomado otras pastillas de una bolsa.

Su familia no hizo juicio: “Conside- ramos que era inútil. Los imputados son personas muy poderosas, no tiene sentido. Hasta el juez y el fiscal que trabajaban bien fueron apartados”, dice Sandra.

Micaela Polivoy (20) estuvo casi un mes internada. En el Fernández, en coma farmacológ­ico, y en el Cemic. Al salir, con 15 kilos menos, declaró que había tomado una pastilla y que un chico de rastas le había dado para tomar un líquido rojo. Martha habla ahora con Clarín, y prefiere que su hija no lo haga: “Gracias a Dios estamos bien, saliendo de ese momento, es una etapa superada que no queremos recordar, pero que tampoco vamos a olvidar”.

A Leandro Espinosa (19) también lo internaron en el Fernández. Estuvo 12 días, perdió 12 kilos. “Ya está 10 puntos. Terminó el colegio, estudia computació­n y está buscando trabajo”, cuenta a Clarín su padre, Agustín.

La familia es una de las tantas que se plantó como querellant­e. “No sé nada de cómo va la causa. Sí sé que apartaron al juez y al fiscal, que tenían todo listo para empezar el juicio oral y ahora hay que empezar todo de nuevo”, se lamenta Agustín.

Francisco Bertotti es uno de los cinco chicos que murió en la fiesta. Lo encontraro­n tirado dentro de Costa Salguero. Tenía 21 años, vivía en Pilar y estudiaba Ingeniería. Había ido a la fiesta con Charo Suárez, su novia, que terminó internada. “Queremos saber de qué murieron. No confiamos en el informe de toxicologí­a. Nos dijeron que el 90% de los chicos se había tomado alguna pastillita, pero acá hubo algo más-asegura uno de sus familiares-. No buscamos venganza, queremos saber la verdad”. ■

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Micaela Polivoy. Estuvo casi un mes internada. “Es una etapa superada, que no olvidaremo­s”, dice su mamá.

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