Clarín

“Llevaba 17 años sin poder volar, no quería perder más tiempo”

Gradual. Con un tratamient­o, Andrea ya pudo hacer tramos cortos. Su nueva meta es Europa. “Voy a poder”, confía.

- Paula Galinsky

“De chica soñaba con ser azafata y cuando crecí empecé a estudiar Turismo. Antes no era fácil viajar en avión, así que, si bien me interesaba el rubro, ni me planteaba esa posibilida­d. En 1985, para mi luna de miel, fui a Bariloche. Y ahí sí, hice ida en micro y la vuelta en avión. Durante todo el vuelo me sentí en la silla eléctrica. Tenía el corazón a mil”. Lo dice a Clarín Andrea Aranzana (55), que sufre aerofobia. Dejó pasar años hasta que quien era su marido insistió para concretar otro viaje cuando sus hijas tenían seis y dos años.

“Te tomás una pastillita y ya está”, le sugirieron todos. Entonces, fue a ver a una médica que le prescribió un ansiolític­o. “Una hora antes de volar, te tomás uno. Y si te sentís mal cuando empieza a carretear, te tomás otro”, fue la indicación, según Andrea. Dice que “se apagó” tras tomar la segunda pastilla: “La foto siguiente al avión despegando fue la del mar, me encontré tirada en una reposera, con una malla, que no sabía quién me había puesto, en la playa de Florianópo­lis”. Lo cuenta con humor, aunque aclara que se asustó y que entendió que la “pastillita mágica” tampoco era la solución. “El papá de mis nenas des- pués me dijo que no notó que yo había perdido la conscienci­a. Según él, hasta llevé al baño en el aeropuerto a mis hijas. Un peligro”, sigue Andrea.

Otra vez dejó pasar años. Dice que empezó a conocer lugares a través de videos, porque estaba convencida de que no iba a viajar más. Pero, al tiempo, volvieron las ganas. “Tuvo que ver con la banda Aerosmith. Me transformé en la presidenta del club de fans de Argentina y empecé a chatear con seguidores de otras partes del mundo”, suma. Así se relacionó con Tanya, de Carolina del Norte, por la que empezó un tratamient­o psiquiátri­co para volver a subirse a un avión, conocerla y encontrars­e en la nueva montaña rusa de Aerosmith que estaban inaugurand­o en Disney. Eso pasó en el 2000. Pudo hacerlo, pero el avión fue una tortura. Y dejó pasar otros 17 años de su vida hasta que, como cierre del curso para aerofóbico­s que hizo el año pasado, realizó un vuelo de bautismo. “Siento que el miedo a volar es, en realidad, el miedo a volar en la vida. Y yo no quiero perder más tiempo”, piensa en voz alta Andrea, que al poco tiempo viajó a Uruguay con una amiga y que ya tiene pasajes para irse en mayo a Europa: “Es una locura, pero voy a poder. Siento que esta vez no me para nadie”. ■

 ?? L. MERLE ?? Superado. En el aire, se sentía como en una “silla eléctrica”.
L. MERLE Superado. En el aire, se sentía como en una “silla eléctrica”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina