Afirman que las bananas sirven tanto o más que las bebidas deportivas
Lo confirmaron al comparar diferentes grupos de ciclistas que ingirieron una u otra variante.
Una banana podría reemplazar las bebidas energéticas entre quienes se apoyan en los carbohidratos para acelerar la recuperación durante el ejercicio. Así se desprende de un nuevo estudio que compara los efectos celulares de los hidratos de carbono consumidos durante la práctica del deporte.
El estudio determinó que una banana proporciona a los deportistas efectos antiinflamatorios y otro tipo de beneficios comparables o mayores que las bebidas energéticas.
Durante décadas, los deportistas y sus asesores han creído -y los estudios lo han confirmado-, que ingerir carbohidratos comestibles o bebibles durante el esfuerzo físico prolongado podía hacer que alguien continuara efectuando ese esfuerzo más tiempo o lo hiciera más intensamente y después se recuperara más rápido.
Los hidratos de carbono alimentan rápidamente los músculos y disminuyen parte del estrés fisiológico de hacer ejercicio, a la vez que dan lugar a una menor inflamación posterior.
La forma más asimilable y portable de los carbohidratos es el azúcar, ya sea glucosa, fructosa o sacarosa. Para los deportistas, en general, esta azúcar la proporcionan las bebidas energéticas. Pero las bebidas energéticas son un producto elaborado y pueden contener saborizantes y sustancias químicas que algunas personas prefieren evitar.
Investigadores del campus de investigación de Carolina del Norte de la Universidad Estatal Appalachian en Kannapolis empezaron a pensar en las frutas como una alternativa más saludable.
La mayoría de las frutas, entre ellas las bananas, tienen alto contenido de azúcares y fructosa. Pero también tienen otras sustancias naturales que pueden influir en el desempeño deportivo y en la recuperación.
En una experimentación preliminar publicada en 2012, los científicos hallaron que los ciclistas tenían mejor desempeño durante un tramo intenso de pedaleo en bicicleta si habían consumido una banana o una bebida energética en comparación con la ingesta de agua sola. También exhibían menores niveles de inflamación posterior en el cuerpo.
Para la nueva experimentación, que se publicó recientemente en la revista científica PLOS One, los investigadores decidieron utilizar técnicas más sofisticadas para monitorear los cambios moleculares en el cuerpo de los ciclistas.
Los investigadores pidieron a 20 ciclistas de competición, varones y mujeres, que hicieran un agotador pedaleo de 75 kilómetros de recorrido en bicicleta en el laboratorio de rendimiento del campus. En una de las pruebas tomaron solo agua. En las otras, además tomaron un cuarto litro de una bebida energética o media banana cada 30 minutos.
Antes del ejercicio, inmediatamente después y en otros momentos di- versos, extendiéndose hasta 45 horas más tarde, los científicos les hicieron extracciones de sangre.
Luego analizaron la sangre en busca de indicadores de inflamación y de niveles referenciales de cientos de moléculas, conocidas como metabolitos, que pueden modificarse durante y después del esfuerzo y que señalan cuánto estrés padece el cuerpo.
Tal como esperaban, los científicos comprobaron que ingerir únicamente agua daba como resultado niveles relativamente altos de indicadores de inflamación en la sangre de los corredores. Estos indicadores eran mucho más bajos si los ciclistas habían consumido frutas o bebidas energéticas.
Pero en la actividad de algunos genes aparecían diferencias. En particular, los investigadores hallaron que los glóbulos rojos de los ciclistas, si éstos habían comido bananas durante sus prácticas, producían en menor cantidad el precursor genético de una encima conocida como COX-2. Este efecto no se veía cuando los deportistas habían tomado bebidas energéticas o solamente agua.
La encima COX-2 estimula la producción de prostaglandinas que, a su vez, intensifican la inflamación. Menor presencia de este precursor genético en los glóbulos luego de una sesión de ejercicio debería significar menos COX-2 y una reducción de la inflamación, de acuerdo con lo que dice David Nieman, director del laboratorio de rendimiento humano de la Universidad Estatal Appalachian y principal autor del estudio. Sigue sin conocerse cómo la fruta influye en las células después del ejercicio. ■