Mataron a un oficial de la Bonaerense que estaba trabajando en una causa narco
Lo balearon enfrente de su casa, adonde había ido para ultimar los detalles del cumpleaños de su hijito. La principal hipótesis de los investigadores apunta a un intento de robo.
Matías Demarco (34) era subinspector de la Bonaerense en Gregorio de Laferrere y trabajaba de manera encubierta en una investigación sobre narcos. Para ello, la Justicia Federal lo había provisto de una Volkswagen Amarok gris, con la que se movía. Justamente, con ese vehículo fue hasta su casa de Villa Madero. Había regresado sólo por un momento para ultimar los detalles del cumpleaños de su hijito. Pero no llegó a entrar a su vivienda: no bien bajó de la camioneta lo sorprendieron al menos dos delincuentes. El policía los enfrentó y lo mataron de dos tiros.
Eran cerca de las 23 del sábado pasado cuando sobre Constituyentes, casi Convención, en el partido de La Matanza, Demarco estacionó la camioneta que desde el Juzgado Federal N°3 de Morón, a cargo del juez Néstor Barral, le habían entregado para trabajar en el marco de una causa por narcotráfico.
Jefe del Gabinete Técnico Operativo de la comisaría de Laferrere, el subinspector estaba de servicio, pero vestido de civil, y dejó sus labores por unos minutos para resolver unos detalles con respecto al festejo que ayer le haría a su hijo, con motivo de su cumpleaños. Iba a ser un día de celebración en familia, fue una tragedia.
Es que apenas Demarco se bajó de la camioneta frente a su casa fue interceptado por los delincuentes que se movían en un Toyota Corolla gris. Se cree que intentaron robarle aunque no descartan que el crimen pudiera tener que ver con la investigación sobre narcotráfico en la que estaba trabajando de manera encubierta el subinspector, informaron fuentes del caso a Clarín.
Lo cierto es que, tras identificarse como personal policial, comenzó un tiroteo entre Demarco y los ladrones. En el lugar se levantaron 23 vainas servidas y, a raíz del enfrentamiento, el subinspector recibió un disparo en la ingle y en el pecho.
Malherido, Demarco fue trasladado de urgencia a la clínica los Cedros, de Villa Celina, donde falleció mientras era operado. Sus restos fueron inhumados ayer en el cementerio privado Los Ceibos, ubicado en el kilómetro 32 de la ruta 3, a la altura de González Catán.
Mientras que en la escena del cri- men, personal de la comisaría de Villa Madero, alertado del tiroteo tras un llamado al 911, detuvo a un hombre herido de dos tiros en el hombro izquierdo.
El sospechoso, de 27 años y domiciliado en Flores, fue llevado al Hospital Alberto Balestrini, de Ciudad Evita, donde permanecía internado fuera de peligro y con custodia policial, acusado de ser uno de los delincuentes que se tiroteó con Demarco.
El cómplice del sospechoso detenido, que está identificado y también es de Capital Federal, escapó en el mismo auto en el que habían llegado a la cuadra donde vivía el subinspector con su familia en Villa Madero.
Y, mientras no se descarta que haya habido un tercer delincuente, se investiga si el hallazgo de un Toyota Corolla incendiado en la villa 1-11-14 del Bajo Flores porteño fue el utilizado por los asaltantes y si el ataque a Demarco tiene que ver con su trabajo encubierto en un caso de narcotráfico.
En principio, la causa fue caratulada como “homicidio en tentativa de robo” y la investigación quedó a cargo del fiscal José Luis Maroto, de la Unidad Funcional de Instrucción Temática Homicidios de La Matanza, quien tiene previsto entrevistarse con los familiares de Demarco, ya que no lo había podido hacer debido a que estaban en estado de shock. También en las próximas horas indagará al sospechoso detenido.
Por lo pronto, los investigadores analizaban las imágenes de distintas cámaras de seguridad que funcionaban en la escena del crimen y los alrededores de Constituyentes al 100, en Villa Madero, en busca de pistas sobre el o los delincuentes prófugos.
Los peritos de la Policía Científica secuestraron en la escena del crimen la pistola Bersa Thunder 9 milímetros de Demarco, una Glock utilizada por los delincuentes y 23 vainas servidas, según Télam.
Este año han asesinado a cinco policías bonaerenses en la zona metropolitana: al subcomisario Carlos Rupchienski (42), en Florencio Varela; al oficial Nelson Javier Lillo (27), en San Pedro; al sargento Diego Orlando Auce (38), en Zárate; al oficial Mauro Alegre (25), en Florencio Varela; y al agente de la Policía Local Simón Alejandro Pinto (27), en Presidente Perón. ■