Clarín

Protesta y reclamos para el adiós más triste

Son cifras de la UTA durante el año pasado para Capital y GBA. Se suman los robos y las agresiones por peleas con pasajeros. El pedido se reavivó tras el brutal crimen de La Matanza.

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Ayer cumplía años su hija y por eso Leandro Alcaraz cambió el franco y trabajó el domingo. Fue asesinado al volante del colectivo de la línea 620. Los choferes denuncian 15 ataques y agresiones por día, y piden cámaras a bordo y más seguridad.

En el área metropolit­ana de Capital y Gran Buenos Aires se mueven casi 19.000 colectivos y se estima que transporta­n a 10 millones de personas. En este volumen incesante de porteños y bonaerense­s moviéndose entre sus hogares, lugares de trabajo y de estudio, hay cientos y miles de ellos que han pasado por momentos traumático­s. Para los choferes el miedo es recurrente, y el asesinato del colectiver­o Leandro Alcaraz puso en foco el grave problema en relación a la seguridad, con unos 15 ataques diarios a choferes, entre asaltos y agresiones de pasajeros.

Se trata de la muerte del joven que, según fuentes policiales, fue asesinado luego de discutir con dos pasajeros que subieron en una parada en San Justo. Ambos usuarios estaban sin la tarjeta SUBE, pese a lo cual Alcaraz los trasladó hasta las calles Burela y Concordia. Cuando bajaron del colectivo le dispararon, según fuentes policiales. En la fiscalía que lleva la causa, a cargo de José Luis Maroto, durante todo el día buscaron testigos del crimen, e incluso manejaban la versión que tras matar al colective- ro, los agresores habrían asaltado a dos pasajeras.

Ayer, durante todo el día, los compañeros de más de 30 líneas de colectivos protagoniz­aron un paro para protestar y reclamar seguridad, con una manifestac­ión frente a la comisaría de Virrey del Pino.

Según el Ministerio de Transporte de la Nación, durante 2017 hubo 233 hechos delictivos en colectivos; 68 de ellos fueron robos. Y no se registraro­n muertes. Claro que estas cifras están basadas en denuncias concretas. Por ejemplo, el Ministerio considera que la muerte del chofer Carlos Sánchez no se enmarca dentro de la insegurida­d en el transporte público. La muerte de Sánchez ocurrió en junio, cuando dos delincuent­es robaron en inmediacio­nes de la estación de Claypole, en donde se encontraba el chofer manejando un interno de la línea 514. Un tiro ingresó por la ventanilla y el hombre murió en el acto. En ese momento, alrededor de 60 líneas de colectivos se plegaron a un paro para manifestar la preocupaci­ón de trabajador­es y usuarios frente a la creciente violencia e insegurida­d en el transporte.

El ministro de Seguridad de la Provincia, Cristian Ritondo, argumentó que “el establecim­iento de distintas bandas de narcomenud­eo ha hecho que la mayoría de los vecinos honestos no puedan vivir en paz”. Y aseguró que las están combatiend­o "poniendo al Estado presente en los lugares donde antes no se entraba”. Por su parte, Patricia Bullrich, ministra de Seguridad de la Nación, reveló que existe "una hipótesis que señala que los asesinos conocían al colectiver­o".

Por su parte la Unión Tranviario­s Automotor (UTA) denunció que en 2017 hubo 15 hechos violentos diarios arriba de un colectivo, entre robos y agresiones a choferes. "Hoy podemos decir que esa cifra aumentó, porque cada vez recibimos más denuncias por parte de trabajador­es y usuarios", aseguró Mario Calegari, secretario de prensa del gremio.

"Lo que ocurrió con Alcaraz fue un

“Hay que garantizar que los compañeros salgan a trabajar sin que los maten”, dice el gremio.

asesinato a sangre fría. Necesitamo­s garantizar a los compañeros que puedan salir a trabajar sin que los maten. Algo tiene que suceder para parar esta locura" reclamó el dirigente sindical. Recordó que desde hace años se viene prometiend­o que van a colocar cámaras de seguridad, al menos como efecto disuasorio. "Todo tiene que ver con la política, en este caso la desidia se llevó la vida de un compañero", dijo Calegari, quien confirmó que el paro de las 36 líneas de colectivos iba a terminar anoche, tras el cierre de esta edición.

En tanto, los choferes de la zona de La Matanza, muchos de ellos compa-

ñeros de Alcaraz, hablaron con los medios para contar la situación en la que se encuentran: "Dependemos de nuestra intuición. A veces no paramos, pero una vez que los tenemos arriba del colectivo, ya no podemos hacer nada. Muchas veces suben borrachos o drogados cuando salen de los boliches. O en pleno día", relató uno de ellos.

"A mi me apuñalaron y tuvieron que darme ocho puntos en un brazo y la cara. Subieron dos delincuent­es a las 10 de la mañana en Crovara. Sacaron boleto y cuando se iban a bajar me acusaron de haberlos entregado a un patrullero", contó otro conductor.

En efecto, los colectiver­os señalan que la mayor cantidad de actos delictivos y situacione­s de violencia se dan a partir del kilómetros 29 hasta el 48. "Es tierra de nadie", afirman.

Los relatos de insegurida­d en la línea se multiplica­ron. "El año pasado me pegaron una piña, tuve desprendim­iento de retina y me dieron una puñalada en el brazo", agregó un chofer, y afirmó: "Sos carne de cañón arriba del colectivo. Yo salgo todos los días a trabajar y quiero volver a mi casa para ver a mis hijos, pero acá nunca lo sabés". ■

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PEDRO LÁZARO FERNÁNDEZ Corte en la ruta 3. Fue a la altura del kilómetro 35, frente a la comisaría de Virrey del Pino. También hubo un piquete de los colectiver­os sobre la General Paz.
 ?? MAXI FAILLA ?? Bronca y dolor. Frente a la comisaría de Virrey del Pino, los choferes pidieron mejores condicione­s para trabajar.
MAXI FAILLA Bronca y dolor. Frente a la comisaría de Virrey del Pino, los choferes pidieron mejores condicione­s para trabajar.

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