El domingo había cambiado el franco por el cumpleaños de su hija
Trabajaba doble turno para terminar su casa. Tenía 26 años y sus amigos dicen que era muy tranquilo.
Leandro Miguel Alcaraz, el joven colectivero asesinado el domingo pasado mientras conducía el interno 103 de la línea 620, en Virrey del Pino, ese día no tenía que trabajar. Cambió su franco para tener libre el lunes y quedarse con su hija el día de su cumpleaños número 4. El plan era perfecto para compartir una jornada en familia, hasta que dos disparos, uno en la cabeza y otro en el tórax, truncaron la vida del chofer de 26 años.
"A Leandro lo asesinaron cobardemente. Somos personas de trabajo, gente sana y nos arruinaron la vida. Quedó una familia destrozada, queremos justicia cuanto antes”, expresó Fabián, tío de Leandro, pocas horas después del asesinato, cuando vecinos de Virrey del Pino comenzaron a agruparse frente a la comisaría.
Leandro Alcaraz, alias “Cabezón”, era fanático de River, iba a la cancha siempre y cuando sus turnos se lo permitían. También era un apasionado de los accesorios para autos y de los vehículos ‘tuneados’. Había llegado a Buenos Aires desde Corrientes poco después de terminar la es- cuela secundaria. Según comentaron sus allegados, el joven se desvivía por su familia. De hecho, ayer tenía pensado pasar todo el día con su hija Zoe porque cumplía años y también con su mujer.
La línea 620 fue el primer trabajo como colectivero para Alcaraz. Antes y durante cinco años había trabajado como remisero. Llegó a la empresa Nuevo Ideal en 2016.
“Yo lo conocí hace un año y medio, cuando entré a la empresa. Desde entonces, Leandro ya hacía doble turno algún que otro día de la semana para ganar algo más de plata y poder terminar de construirse la casa. La estaba haciendo en el km 46 de la ruta 3, en Virrey del Pino. Se mudó ahí hace menos de un mes, solo le faltaba terminar unas cosas del techo”, explicó Aguirre, uno de sus compañeros de trabajo. Y agregó: “Hace unas semanas, la empresa le había prestado ese interno 103 para que él pudiera realizar la mudanza a su nueva casa. De hecho, la última charla que tuvimos fue el sábado: él me pidió si en estos días lo podía ayudar a ponerle al colectivo unas luces y dejarlo más lindo. Lo íbamos a hacer en las próximas dos semanas”.
Hasta el momento no se pudo dar con los responsables, y familiares y justicia piden que los testigos se acerquen a ofrecer su testimonio a la comisaría de Virrey del Pino, para descubrir el paradero de los ase- sinos. "Les digo gracias a las personas que estuvieron adentro del colectivo, ayudaron a mi sobrino y lo llevaron hasta el hospital. Y les pido que por favor se acerquen a la comisaría, que nos ayuden a que puedan encontrar a los culpables. Porque no pueden estar libres, tienen que estar presos", suplicó Margarita, tía de la víctima.
El padre de Leandro viajó desde Corrientes para reunirse con su nuera, su nieta y su otro hijo, y para despedir los restos de Alcaraz. “Estoy con mis papás que son sus abuelos, todavía no pude abrazar a mi hermano ni a su nieta”, se lamentó la tía.
También frente a la comisaría de Virrey del Pino, se sumaron los testimonios. “Leandro era un hombre extremadamente tranquilo. Hablaba poco y siempre buscaba escaparle a los problemas”, dijo uno de los choferes, compañero de Alcaraz.
Luego relató que testigos vieron que los pasajeros que estaban en el colectivo, al cerrarse la puerta, se tiraban por las ventanillas ante el miedo a ser baleados ellos también. A través de las redes sociales se presentó una mujer que viajaba junto a su hija de dos años y pidió preservar su identidad. También hay videos caseros, incluso del momento en el que rematan a Alcaraz. “La gente tiene miedo, no quiere hablar porque los criminales son del barrio, vivimos con miedo", lamentaron los vecinos. ■
Leandro hablaba poco y siempre buscaba escaparles a los problemas”.
Chofer de la línea 620 Compañero de la víctima
La gente tiene miedo, no quiere hablar porque los criminales son del barrio, vivimos con temor”.
Vecino de Virrey del Pino
Les pido a los que viajaban en el colectivo que nos ayuden a encontrar a los culpables”. Margarita
Tía de Leandro Alcaraz