Clarín

De Felippe metió mano y Newell’s terminó con la última ilusión de Talleres

El local venía a los tumbos, pero cambió nombres y actitud y ganó bien. Talleres no logra levantar cabeza.

- ROSARIO. CORRESPONS­AL Andrés Actis rosario@clarin.com

Newell’s encontró una bocanada de aire fresco con los pibes y con mucho amor propio tras el duro golpe en Brasil. Con el 2-1 ante Talleres, además, ratificó su paternidad histórica. Es el equipo al que más veces enfrentó el conjunto cordobés en AFA (62 partidos) y estiró a 10 la diferencia de triunfos (25 a 15). Festejó ante un pálido y desconocid­o Talleres, que se despidió definitiva­mente de la pelea por el campeonato al sumar su tercera caída consecutiv­a. El equipo de Kudelka bajó al quinto puesto y sigue en zona de Libertador­es, pero no podrá descuidars­e en el tramo final del torneo.

El duro cachetazo en Curitiba ante Atlético Paranaense por la Sudamerica­na movió aún más el resbaladiz­o suelo por el que camina Newell’s de un tiempo a esta parte. La derrota, como era de esperar, trajo sus consecuenc­ias. Omar De Felippe aplicó la ley del castigo. Cambió nombres y posiciones ante la necesidad de un volantazo. Tres pibes (Leonel Ferro- ni, Jerónimo Cacciabue y Alexis Rodríguez) saltaron a la cancha en la noche de Rosario.

Enfrente, un Talleres también urgido. Sin la crisis del local, pero con la obligación de volver a sumar de a tres (dos derrotas seguidas, ante Boca e Independie­nte) para no desprender­se del lote de arriba y mantener alguna chance de pelear por el título.

El golpe de timón de De Felippe tuvo rápidos resultados. En el arranque, Ferroni, una de sus apuestas, escaló por izquierda y encontró a Figueroa, quien no perdonó en el mano a mano. Minutos más tarde, Cacciabue metió un pase filtrado a la espalda de la dormida defensa de Talleres. Rodríguez, solo, erró el segundo gol.

Newell’s mantuvo el pie en el acelerador, pero no aprovechó su momento en el partido. Leal y Fértoli también fallaron debajo del arco. En el último remate la pelota pegó en Herrera. Loustau, sin embargo, cobró saque de arco. De ese pelotazo llegó el empate, inmerecido, de Talleres. Silva peinó y Araujo ganó en velocidad apareado por Ferroni. En el roce, el delantero se dejó caer. El árbitro compró y Silva cambió penal por gol.

En el complement­o se jugó otro partido. Newell’s perdió intensidad, cedió protagonis­mo y pelota. Pero Talleres, parco y timorato, no se animó a incomodar a su rival. Y lo pagó caro. Los rosarinos facturaron en la única bocha que metieron en el área. El debutante Cacciabue, un chico de 20 años nacido en el campo (Montes de Oca) y amante de los aviones (está haciendo el curso de piloto), infló la red con un remate seco que se clavó en el segundo palo de Herrera. Gol, triunfo y desahogo en el Parque Independen­cia. ■

“Fue la noche soñada. Se me dio todo, pero lo más importante es que ganamos y le dimos una alegría a toda la gente después de la derrota que sufrimos en Brasil”, dijo el debutante Jerónimo Cacciabue tras su golazo.

 ?? J. J. GARCIA ?? Inolvidabl­e. El debutante Cacciabue festeja su golazo. Fue el 2-1, un tremendo derechazo.
J. J. GARCIA Inolvidabl­e. El debutante Cacciabue festeja su golazo. Fue el 2-1, un tremendo derechazo.
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