Un auge frágil, amenazado por la guerra comercial entre Washington y Beijing
Se multiplican las voces que advierten que el choque puede bloquear el crecimiento.
Es un buen momento, pero no son todas sonrisas y brota la alarma. El FMI, la Organización Mundial de Comercio y la mayoría de los gobiernos del norte mundial, con excepción de la Casa Blanca, están uniendo sus voces para alertar sobre los riesgos de la guerra comercial que enfrenta a Estados Unidos contra China. Las dos economías más grandes del mundo amenazan bloquear un ciclo de crecimiento moderado en todo el mundo después de años de recesión como consecuencia de la gran crisis global de 2008.
Este peligro se configuró después de que EE.UU. anunció aranceles de 50 mil millones de dólares contra una multitud de productos del gigante asiático muchos de ellos producidos, paradójicamente, por empresas de origen norteamericano relocalizadas.
Beijing devolvió con otra andanada de medidas arancelarias por una cifra similar a lo que Washington respondió que elevaría hasta 100 mil millones el castigo al otro lado. Los especialistas sostienen que una concertación entre ambos potencias seria lo adecuado para preservar un crecimiento que conviene a las dos partes.
El director general de la Organización Mundial de Comercio, Roberto Azevedo advirtió precisamente que las barreras comerciales “ponen en peligro a la economía mundial”. “Perturbar el flujo comercial es un peligro para la economía mundial en un momento en que la recuperación, aunque frágil, es evidente en todo el mundo”.
El presidente norteamericano Donald Trump reprocha a Beijing constituir el principal responsable del enorme déficit comercial que confronta su país, cifrado en 566 mil millones de dólares. Durante 2017, el superávit comercial de China con EE.UU. aumentó
13%, hasta alcanzar 288 mil millones de dólares, según datos oficiales chinos. Según Trump, esos déficits son una señal de debilidad y aseguró que las guerras comerciales “son buenas y fáciles de ganar”, un criterio que añadió más dosis de alarma en el mundo.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde respondió con dureza al mandatario norteamericano al remarcar que “las guerras comerciales no dejan vencedores”. Un enfrenta- miento de esa índole frena el comercio y encarece los productos, armando un escenario futuro de recesión.
Washington ya había preocupado cuando anunció de modo unilateral su disposición a arancelar las exportaciones de acero y aluminio de sus principales socios, entre ellos Canadá, la Unión Europea, Taiwan o Corea del Sur, pero después archivo la medida aparentemente por la necesidad de reunir aliados para el choque contra China. ■