El impulso de Brasil y México
Las economías de Brasil y México, por el volumen y la relevancia que tienen en la región, resultan determinantes en el ventajoso panorama económico trazado por el FMI para Latinoamérica.
Brasil crecerá un 2,3% este año y 2,5% en 2019, impulsada por un rebote del consumo y de la inversión, tras una severa recesión. En ambos casos la estimación representa una mejora de 0,4 puntos respecto a la de enero.
A sólo seis meses de unas elecciones que se anticipan como las más turbulentas de las últimas décadas en Brasil, el FMI subrayó riesgos para la economía en el actual ambiente político. “La incertidumbre política aumentó los riesgos para implementar reformas o la posibilidad de reorientar las agendas”, dijo el organismo en un párrafo donde también menciona a México y a Colombia, ambos con comicios este año.
Brasil enfrenta un proceso electoral que tiene una gran cantidad de candidatos que no llegan al 10% de intención de voto y que tiene al líder en los sondeos preso por corrupción: el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que cumple una pena de más de 12 años de cárcel, pero busca recu- perar su libertad.
En el capítulo del desempleo, el fondo dijo que la tasa de Brasil continuará elevada (11,6% en 2018), aunque en declive respecto del 12,8% que registró el año pasado. Al mismo tiempo destacó la baja de la inflación, que actualmente está en 2,68% en la medición a doce meses y la flexibilización de la política monetaria que permitió llevar la tasa de referencia al 6,5% desde 14,25% que tenía en octubre de 2016.
No obstante, el FMI dijo que aún son necesarios “más recortes” para alcanzar las metas fijadas de déficit primario. “En Brasil, la reforma del sistema de previsión social sigue siendo una prioridad para asegurar que el gasto esté en sintonía con la norma constitucional que garantiza la sustentabilidad fiscal”, agregó.
El FMI también destacó la expansión en México, donde prevé un PBI de 2,3% en 2018 y de 3% en 2019, después del 2% el año pasado. Esto se debe a que la economía mexicana se beneficiará de la puesta en marcha de las reformas estructurales aprobadas hace cinco años, así como de la reforma fiscal estadounidense.