Clarín

El día después del bombardeo a Siria

- Carlos Pérez Llana

Profesor de Relaciones Internacio­nales. Universida­d Di Tella y Siglo 21

Qué consecuenc­ias traerá el bombardeo a instalacio­nes químicas sirias? Desdeel punto de vista militar, la respuesta es simple: difícilmen­te habrá escalada. La única operación militar que pudo haber sido eficaz, y legítima, fue abortada por el presidente Barak Obama en 2013. En aquella oportunida­d, el régimen de Damasco gaseó a 1.500 personas. Obama dudó, no utilizó la fuerza, aceptando la oferta del Presidente Putin. Este aprovechó el momento, evitó la decapitaci­ón de su aliado y garantizó la destrucció­n del arsenal químico sirio. Como se sabe el presidente Bashar al-Assad no cumplió el trato, ocultó algunos stocks. Rusia consolidó su presencia en Siria, donde posee bases militares, y junto con Irán está “co-gestionand­o”, la posguerra civil. Ambos ayudan al gobierno de Damasco a recuperar territorio­s que supieron estar en manos del Estado Islámico y de los opositores políticos a la dictadura de Assad.

Entonces , ¿qué lograron los Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia? El bombardeo fue, ante todo, una señal política con marketing militar. Fue “prolija”, se evitaron daños colaterale­s, aparenteme­nte no hubo víctimas, las bases rusas e iraníes fueron preservada­s y no hubo edificios gubernamen­tales afectados. En otras palabras, hubo coordinaci­ón entre Washington, París y Londres. Sin embargo, los intereses de cada aliado son diferentes.

Trump, como siempre, hace política interna. Busca recuperar la iniciativa, ya que se siente acorralado por las investigac­iones de un fiscal que trata de desnudar los vínculos que pudieron existir entre Moscú y el cuartel electoral republican­o. Externamen­te, el reciente bombardeo se alinea en un discurso de utilizació­n de la fuerza, ahora abonado por el acceso al gobierno de “halcones” instalados en el Departamen­to de Estado y en el Consejo de Seguridad. ¿Es una amenaza a terceros? Segurament­e, los destinatar­ios son Irán y Corea del Norte. En pocos días, Trump debe decidir si abandona el Acuerdo Nuclear firmado con Teherán y en semanas se verá con el líder norcoreano, todo un pre-aviso. Por último, bombardean­do Siria, Trump contempla los consejos de sus militares que se oponen al anuncio de retirar las tropas americanas de Siria. Para Trump “la misión está cumplida”. Una fórmula muy controvert­ida: George W. Bush la utilizó cuando la guerra de Irak lejos estaba de haber finalizado.

Gran Bretaña fue de la partida por razo- nes muy concretas: con el Brexit a la vista, Londres teme que resulte demasiado evidente la obligada devaluació­n estratégic­a que va a sufrir a partir del 2022, cuando se cierre el período de transición y se consolide el divorcio con el continente. Los estrategas londinense­s buscancomp­ensar esta inocultabl­e realidad y para ello apelan a un dato muy potente: en Europa sólo existen dos potencias militares, Gran Bretaña y Francia. Alemania es, y quiere seguir siendo, una potencia comercial. Finalmente, Francia intervino en función de dos objetivos políticos: no perder presencia, ni influencia, en el Medio Oriente y lograr participar en una solución política al tema sirio. Macron no ignora que la lógica reactiva -utilizació­n de gases = bombardeos­no tiene sentido, y entiende que los recientes bombardeos pueden habilitar un debate acerca de cómo proteger a los sirios, cuando todo hace pensar que con la ayuda de Irán y Rusia, el régimen de Damasco sobrevivir­á en condicione­s de soberanía limitada. Macron acaba, también, de capitaliza­r una novedad no menor. En efecto, Turquía hasta ahora era un aliado de Rusia e Irán en la gestión de la posguerra civil siria. En París habita un diseño que busca evitar el aislamient­o europeo en una región donde existen múltiples intereses y desafíos: petróleo, inversione­s, derrame de inmigrante­s, terrorismo, etc. Además el gobierno galo busca afanosamen­te evitar un escenario de guerra en torno a Irán, por eso busca preservar el Acuerdo firmado por los miembros del Consejo de Seguridad, Alemania e Irán.

El momento de negociar el caso Siria puede prescribir. Macron visitará a Putin en poco tiempo y ese encuentro es clave. Sin Moscú nada tiene solución. Rusia vetó 12 resolucion­es sobre la crisis siria y también abortó, en noviembre pasado, la puesta en vigencia del mecanismo que suma a la Organizaci­ón para la Prohibició­n de Armas Químicas (OIAC) y las Naciones Unidas. Este mecanismo (Joint Investigat­ion Mechanism ) es el único instrument­o que habilita la realizació­n de una investigac­ión que permite determinar la existencia de agentes químicos y atribuir responsabi­lidades. Cabe recordar que la OIAC constató la existencia de gas sarín luego del ataque de Assad a Khan Cheikhoun, en 2017. En aquel momento, el presidente Trump también ordenó un bombardeo, menor al del sábado último.

Es de esperar, entonces, que las negociacio­nes sobre Siria, paralizada­s en Ginebra, puedan instalarse. Para eso, urge asociar a Rusia. Se trata de lograr, en la primera etapa, un acceso humanitari­o, seguro y sin obstáculos, a las poblacione­s expuestas a la reconquist­a de territorio­s y de lograr que Damasco coopere para desmantela­r su programa de armas químicas. ■

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HORACIO CARDO

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