Cooperación sur-sur, seguridad alimentaria y desarrollo rural
Director General del Instituto Latinoamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Los países del Caribe integran una región con problemas de seguridad alimentaria, vulnerable al cambio climático y con debilidades en sus estrategias de desarrollo rural. Esas características marcan un contrapunto expresivo con nuestra región sur, en la que se encuentra la Argentina, que es excedentaria en alimentos, no padece las consecuencias del cambio climático con la misma intensidad y los temas agropecuarios predominan en la agenda pública. Esas diferencias, en vez de separar, marcan la posibilidad de establecer puentes y crear aproximaciones útiles para conectar regiones con complementaridades capaces de impulsar la cooperación y el acceso a tecnología, pavimentando el camino para crear duraderas corrientes de comercio.
Un gran paso en esa dirección fue dado con la reciente gira efectuada por ministros y viceministros de 11 naciones del Caribe a Argentina, a la que se sumaron también representantes de organismos de integración de una región con grandes necesidades de importar alimentos para atender la demanda su población permanente y la del turismo.
Funcionarios de San Vicente y las Granadinas, Guyana, Haití, Surinam, República Dominicana, Antigua y Barbuda, San Cristóbal y Nieves, Trinidad y Tobago, Jamaica, Haití y Saint Lucia mantuvieron en Buenos Aires reuniones con las máximas autoridades de los ministerios de Agroindustria y de Relaciones Exteriores, de las comisiones de Agricultura del Senado y de la Cámara de Diputados, y visitaron centros de investigación del INTA y la muestra Expoagro, donde pudieron tomar contacto con el enorme acervo de conocimientos y tecnología que la Argentina tiene para el sector agropecuario.
Los propios ministros caribeños dieron testimonio, antes de regresar a sus países, de la necesidad de dirigir mayores esfuerzos para desarrollar relaciones más fluidas y profundas con el sur del continente americano. Esa necesidad se apoya en un reconocimiento: Argentina tiene mucho para ofrecer en materia de cooperación -una de las avenidas por la que transitan las relaciones internacionales- a una región integrada nada menos que por 14 miembros de la ONU, especialmente a través del sector más dinámico de su economía, el agro.
La cooperación internacional tiene, además de la dimensión solidaria, la capacidad de impulsar el desarrollo del país, ya que incentiva la modernización del sector productivo, la innovación de la gestión pública y el comercio.
Por eso, más que un complemento, es parte indivisible de una política externa con un papel constructivo y proactivo en la arena global. Compartir conocimientos y facilitar a países hermanos el acceso a nuestra tecnología no sólo abre nuevas oportunidades, también contribuye a construir relaciones simétricas y solidarias y, sobre todo, al desarrollo, ya que consolida nuestra densidad como nación. ■