Clarín

Por primera vez, un hombre se sometió a un segundo trasplante de rostro

Se lo colocaron como si fuese una máscara. El anterior lo había rechazado por tomar un antibiótic­o.

-

Jérôme Hamon tuvo tres rostros durante su vida. Tras el fracaso de un primer trasplante de cara, realizado por una enfermedad genética, se le practicó otra operación de ese tipo en enero de este año y ahora aprende a vivir con su nueva “identidad”.

Este francés de 43 años, que tres meses después de su operación sigue hospitaliz­ado en París, es la primera persona en el mundo sometida a dos trasplante­s de cara.

Su rostro permanece terso e inmóvil y no se ajusta a la forma de su cráneo, pero su aspecto debería mejorar de a poco, a condición de que funcione el tratamient­o inmunodepr­esor para impedir un nuevo rechazo del injerto.

“Me siento muy bien”, dijo Hamon en un encuentro con la prensa la semana pasada. “Tengo prisa por librarme de todo esto”, añadió, hablando con dificultad y cansado por el tratamient­o que recibe.

La hazaña de esa segunda operación fue obra del equipo de Laurent Lantieri en el hospital parisino Georges-Pompidou.

En 2010, ese cirujano plástico ya había practicado un primer trasplante completo de cara al mismo paciente, en el hospital HenriMondo­r de Créteil, cerca de París.

Hamon padece una neurofibro- matosis tipo 1, conocida como enfermedad de von Recklingha­usen, trastorno genético que deformó su cara.

El primer trasplante fue un éxito. Pero por desgracia, ese mismo año, tomó un antibiótic­o incompatib­le con su tratamient­o inmunodepr­esor para curar un simple resfrío. Y en 2016 empezó a mostrar señales de rechazo y su cara empeoró. Tuvo que ser hospitaliz­ado a mediados de 2017, y en noviembre, los médicos le retiraron el rostro injertado.

Permaneció dos meses “sin cara” y en reanimació­n en el hospital Pompidou, a la espera de que la agencia francesa de biomedicin­a encontrara un donante compatible.

El donante finalmente fue un hombre de 22 años, fallecido a centenares de kilómetros de París. Lantieri se enteró de ello el domingo 14 de enero. Un día después, se retiró la cara del joven y hubo que trasladarl­a lo antes posible hacia el hospital.

Con el acuerdo de la agencia francesa de seguridad del medicament­o, se utilizó una técnica revolucion­aria para conservar el injerto. En lugar de introducir la cara en una solución clásica, se usó hemoglobin­a de gusanos marinos para retener el oxígeno. Jérôme Hamon entró en el quirófano el lunes 15 de enero. Hacia el mediodía, el equipo médico empezó a preparar los vasos sanguíneos y los nervios del paciente para poder hacer el trasplante, explicó Lantieri.

Luego fue como colocar una máscara con cuidado, uniéndola a todo lo que compone la anatomía compleja de la cabeza. El injerto dio rápidament­e señales alentadora­s al tomar color. Hamon salió del quirófano tras una operación extraordin­aria. “¿Se puede volver a hacer un trasplante de cara? Se puede volver a hacer y esto es lo que se obtiene”, festejó Lantieri. ■

 ??  ?? Jérôme Hamon. ”Tengo prisa por librarme de todo esto”, afirmó.
Jérôme Hamon. ”Tengo prisa por librarme de todo esto”, afirmó.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina