Las escritoras sean unidas
Más de 200 autoras y editoras se reunieron para firmar una carta abierta que entregarán en el Congreso, en apoyo al proyecto para despenalizar el aborto. Los argumentos que las impulsan.
Alguien podría suponer, erróneamente, que el oficio de la escritura se asocia con la pasividad. En el caso de las escritoras argentinas -y las mujeres del ámbito editorial y cultural-, en tiempos de conquistas feministas, hay que pensar en la movilización. Así quedó demostrado ayer por la tarde, cuando 247 autoras, dramaturgas y editoras se reunieron para firmar una carta abierta dirigida a los legisladores, a favor del aborto seguro, legal y gratuito, que será presentada en los próximos días. La iniciativa avanza en el marco del debate por la despenalización, que por primera vez se trata en el Congreso.
En días en que se propagan por el mundo acciones diversas a favor de la equidad y contra las violencias de género, las mujeres de la cultura tam- bién marcan posición: la potencia de esta unión quedó evidenciada a partir de las cinco de la tarde, cuando las escritoras empezaron a llegar y después colmaron la sede de revista Revista Mu, sobre la calle Riobamba al 100. No faltaron los abrazos ni el reparto de pañuelos verdes, representativos de la campaña (en ellos se lee: “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”). Luego, se tomaron fotos colectivas, en una escalinata, en los alrededores del Congreso.
La acción que impulsaron las escritoras Claudia Piñeiro y Cecilia Szperling y la periodista Claudia Acuña, replicando la firma de la carta que antes había impulsado el colectivo de actrices –éstas reunieron 450 firmas, había ganado en los días previos rápida adhesión entre las autoras, bajo la convicción de que la prohibición del aborto no evita que las mujeres interrumpan embarazos no deseados. Si bien no hay datos oficiales, se sabe -según un informe elaborado por Amnesty Internacional- que cer- ca de 450 mil mujeres abortan cada año en Argentina. Sí hay registros oficiales de las que deben ser hospitalizadas por complicaciones derivadas: 50.000 mujeres, de las que el 43% son menores de 24 años. En 2016, 43 fallecieron por este motivo, lo que convierte al aborto en una de las principales causas de muerte materna en el país.
Durante años, los colectivos feministas bregaron por una apertura del debate, cuyo tratamiento habilitó el gobierno este año. El ministro de Salud, Adolfo Rubinstein, reconoció en febrero que “en los países en que legalizaron el aborto, la mortalidad materna bajó drásticamente”.
Uno de los tramos de la carta exige a los legisladores su voto “para terminar con la muerte, la cárcel y el silencio. Estamos a favor de la despenalización y por eso mismo estamos a favor de la vida. De todas las vidas, también las de aquellas mujeres que arriesgan sus cuerpos en manos de un negocio siniestro y clandestino. Estamos convencidas de que el abor-
to legal –acompañado de políticas públicas de educación, prevención y contención para evitar el embarazo involuntario- nos convertirá en una sociedad más justa, moderna y menos hipócrita.”
La idea es seguir engrosando la masa crítica de las referentes de la cultura que solicitan la aprobación de la ley, y subir las imágenes a las redes con el hashtag #AbortoLegalYa.
Entre quienes ya firmaron la carta, en el país y en el exterior, se cuentan Samanta Schweblin, Beatriz Sarlo, Hebe Uhart, Clara Obligado, Perla Suez, Laura Alcoba, Diana Bellesi, Ivonne Bordelois, Maristella Svampa, Matilde Sánchez, Patricia Kolesnicov, Marina Mariasch, Inés Garland, Paula Pérez Alonso, Gabriela Cabezón Cámara, Andrea Ferrari, Florencia Etcheves, Alejandra Laurencich.
El jueves, Piñeiro pronunció un discurso en el Congreso en nombre del colectivo de autoras: “Nos están robando la palabra vida -advirtió-. Cada vez que alguien dice que está en contra de la ley de interrupción voluntaria del embarazo porque está a favor de la vida, nos excluye a todos los que sí queremos una ley que permita interrumpir voluntariamente un embarazo. (...) No nos ofendan, no nos discriminen más. Por la vida estamos todos. Pero cambiaron los tiempos. Las mujeres estamos acá para defender nuestros derechos. Cumplan con su deber.”