Clarín

El trabajo más alto: construir la última torre porteña

Sergio Vargas maneja una grúa a 260 metros del piso.

- Miguel Jurado mjurado@clarin.com / Editor adjunto ARQ

Todas los días, a las 7 de la mañana, el boliviano Sergio Vargas llega a la Torre Alvear, el que será el edificio más alto de la Argentina y él ayuda a construir en Puerto Madero. Después de dejar el monta personas que lo sube hasta el piso 50, sale a una pasarela metálica con una correa de seguridad atada al pasamanos y camina los siete metros que lo separan de la torre metálica de la grúa. Sus pasos se suspenden a más de 220 metros del suelo, pero él solo piensa en los más de 30 metros que le quedan por trepar para alcanzar la cabina de comando. Vargas tiene el trabajo más alto de la Argentina y uno de los más altos de Sudamérica.

Solo veinticinc­o metros más abajo de su puesto de mando está el último piso de la que podría ser la última gran torre de Buenos Aires si se aprueba el Código Urbanístic­o que hoy estudia la Legislatur­a. La nueva norma limita la altura de los edificios porteños a 38 metros máximo y la Torre Alvear, que se terminará este año, ya alcanza a los 235 metros.

Vargas suele almorzar en su cabina. Desde allí se ve La Plata, Colonia y Tigre. La vista se le pierde en el horizonte pampeano mientras todo Puerto Madero, la Reserva Ecológica y el Micro- centro porteño parece una maqueta a sus pies. Pero nada de eso le parece extraño, está acostumbra­do a la altura.

En sus momentos de descanso añora su pueblo, donde nació y creció sin pensar que un día construirí­a los edificios más altos de la Argentina. Desde los noventa, Vargas manejó las torres grúa más altas del país. Estuvo en la Torre Le Parc de Palermo (158 metros); en 2003, construyó las Torres El Faro (160 metros); en 2004, las Torres Mulieris (162 metros) y en 2010, Le Parc Figueroa Alcorta (173 metros). Ahora completa los 235 metros de la Alvear Tower. Casi sin quererlo, Vargas ya construyó casi un kilómetro de edificios.

El arquitecto Jorge Pignataro, Gerente de proyectos de la empresa Criba S.A., encargada de la construcci­ón del Alvear Tower destaca la precisión de Vargas manejando una mole de acero que puede mover 10 toneladas de materiales con un brazo de 40 metros.

“La Torre Alvear es la más alta de la Argentina y el edificio de viviendas más alto de Sudamérica, es tan alta como cuatro Obeliscos y medio”, explica. La mole, que comienza cuadrada y termina como un cilindro de 32 metros de diámetro, fue construida íntegramen­te en hormigón, en una sola etapa desde el piso hasta su terraza. Para eso se usaron 33 plataforma­s de tres pisos cada una, desplegada­s en todo el perímetro.

Estos enormes andamios subían metro a me- tro por sus propios medios construyen­do las paredes del edificio. El piso superior del andamiaje servía para sostener los encofrados, esos moldes que son llenados con hormigón. El piso siguiente contenía los pistones hidráulico­s que permitían que las plataforma­s treparan por los costados de la torre. Por último, el piso inferior servía para que los operarios retocaran toda la superficie exterior.

Además de la torre grúa que usa Vargas, había otra grúa que también fue trepando por la pared de la torre a medida que crecía. Para subir al personal hasta los últimos pisos se utilizan monta personas súper rápidos que suben a razón de un metro por segundo.

Las dos torre grúa sirvieron para mover, subir y bajar, el material en la obra. Una tarea imprescind­ible para una construcci­ón tan importante como la Torre Alvear.

Concebido por el estudio Pfeifer-Zurdo, este gigante de hormigón consiguió superar la altura de sus enormes vecinos de Puerto Madero alcanzando un récord que, al parecer, ya nadie podrá superar en Buenos Aires.

En 2014 su vecina, la Torre Renoir II, alcanzó los 175 metros superando a la Torre Cavia del conjunto Le Parc Figueroa Alcorta (173m) que reinaba en los cielos porteños desde 2010. Desde 2005, el récord fue de las Mulieris (162m), también en Puerto Madero. Y antes, de los vecinos de enfrente de la Torre Alvear, las torres El Faro que llegaron a los 160 metros.

Sin embargo, las grandes alturas nunca fueron una pasión argentina. Hoy, en el cielo latinoamer­icano reinan gigantes como la Gran Torre Santiago Flag de Chile con 300 metros de oficinas. En Panamá, lidera las alturas el Trump Ocean Club Internatio­nal Hotel & Tower desde 2011, con 284 metros. Y en México, la Torre KOI & Sky Residences Flag de Monterrey (279.5m). Todos estos prodigios de la ingeniería quedan como enanos frente al Burj Khalifa la estructura más alta del mundo con escalofria­ntes 828 metros de altura.

Vargas sueña con seguir trepado en la alturas, su curiosidad no tiene límites. Hace veinte años empezó con esta especialid­ad, mirando cómo operaba un pequeña grúa un compañero de trabajo. ■

Concebido por el estudio Pfeifer-Zurdo, este gigante consiguió superar la altura de sus enormes vecinos de Puerto Madero.

 ?? MARIO QUINTEROS ?? La argentina más alta. Alvear Tower, en Puerto Madero, estará terminada este año y tendrá el récord de altura nacional y será la más alta de viviendas de Sudamérica.
MARIO QUINTEROS La argentina más alta. Alvear Tower, en Puerto Madero, estará terminada este año y tendrá el récord de altura nacional y será la más alta de viviendas de Sudamérica.

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