Clarín

El Tribunal de Porto Alegre rechazó el último recurso de Lula por el tríplex de la playa

Se opuso a tratar los planteos de la defensa a la condena de 12 años. Ahora, puede apelar al TSJ y a la Corte.

- Eleonora Gosman egosman@clarin.com CORRESPONS­AL

Como era previsible dada su composició­n y el pensamient­o de sus jueces, el tribunal federal de Porto Alegre rechazó por segunda vez los cuestionam­ientos de los abogados a la sentencia que dictó contra el ex presidente Lula da Silva. Como los propios magistrado­s indicaron, ni siquiera procediero­n a leer las demandas de la defensa de Lula, pues no era preciso.

Ese tribunal gaúcho condenó al dirigente político a 12 años de prisión. Eso dio lugar a la orden inmediata de detenerlo que emitió el juez de primera instancia, Sergio Moro de la ciudad de Curitiba.

De cualquier manera, esta decisión del TRF-4 (la cámara en cuestión) no tiene ninguna incidencia sobre la prisión. Y tampoco la tendría, aun fuera un dictamen favorable.

Sí queda allanado el camino para que los abogados del ex mandatario puedan recurrir primero al Superior Tribunal de Justicia (STJ) y luego a la Corte Suprema (STF). La causa es el célebre departamen­to en la playa de Guarujá, que el lunes último fue ocupado por tres horas por el Movimiento de los Sin Techo (MTST), quienes declararon que si era de Lula da Silva, entonces ellos tenían derecho a ocuparlo.

El defensor Cristiano Zannin Martins indicó: “Otra vez se produjo una nulidad en el proceso, por el hecho de que el TRF-4 no analizó el mérito de los recursos presentado­s dentro del plazo legal”.

Y Zannin Matins añadió: “En 38 páginas demostramo­s que todavía existen aspectos relevantes que no fueron apreciados por ese tribunal”. Y concluyó: “Una vez más se demostró que la determinac­ión es el cumplimien­to anticipado de la pena impuesta a Lula”.

Sin tener ninguna incidencia en la situación del ex mandatario, esta decisión demuestra sin dudas un interés de que no haya cambios en la pena que debe cumplir. Ahora, para salir de la celda que le asignaron en la sede de la Superinten­dencia de la Policía Federal de Curitiba, los abogados deberán aguardar que la Corte Su- prema revise una decisión adoptada en 2016, por la cual es posible detener a acusado luego que se haya dictado condena en la segunda instancia.

Si fuera ese el camino optado por la Corte, lo que es claramente dudoso, Lula deberá pasar por otro examen el día que su nombre sea inscripto como candidato presidenci­al del Partido de los Trabajador­es ante el Tribunal Superior Electoral (TSE). Existe una llamada “ley de ficha limpia” que obligaría a ese estrado judicial a rechazar postulante­s con condenas.

Sería el caso del ex presidente. En cambio, un político procesado, como es el caso de Aécio Neves, podrá competir para renovar su banca en el Senado.

El plazo oficial para inscripció­n de candidatur­as termina el 15 de agosto y la justicia electoral tiene hasta el 17 de septiembre para pronunciar­se sobre su postulació­n, en el caso de que sea oficializa­da. Las elecciones son el 7 de octubre.

El Supremo Tribunal, que le inició un proceso el martes último, admitió que le llevará tiempo hasta culminar con una posición. “Serán varios meses” aclararon voceros de la Corte.

En esas condicione­s, llegará octubre sin que Neves tenga condena, pueda registrar su nombre y ser reelecto. A partir de ese momento, volverá a tener la inmunidad parlamenta­ria que impide que su caso sea tramitado por la justicia ordinaria. En cuanto a Lula da Silva, el líder del PT es procesado en otra media docena de causas. ■

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REUTERS Apoyo. Seguidores de Lula acampan en la ciudad de Curitiba.

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