Clarín

El Pasaje Lanín, de fiesta: hace 17 años que esa callecita de Barracas es una obra de arte

El artista Marino Santa María creó composicio­nes abstractas en los frentes de unas 40 casas. “La idea fue darle un envión al barrio para entrar al siglo XXI”, cuenta. El sábado, para celebrar, pintarán un mural y habrá muestras y talleres gratuitos.

- Judith Savloff jsavloff@clarin.com

Este paisaje era gris. A lo mejor cuesta acordarse hoy, entre las formas y los colores que fluyen como brisa, como olas, como pájaros, en una especie de galería de arte cielo abierto que Marino Santa María (1949) empezó a crear en 1999 sobre los frentes de las casas del Pasaje Lanín, en Barracas.

–De chico jugaba al fútbol en esta calle. Quizás manché tanto estas pare- des con pelotazos que de alguna manera quise ‘limpiarlas’– comenta Santa María a Clarín y se ríe.

Todo empezó cuando a él, quien nació en Lanín 33, donde aún tiene su casa-taller, se le ocurrió pintar la adaptación de uno de sus cuadros en la fachada. Revolucion­ó al barrio. El vecino de al lado primero y otros después fueron pidiéndole que transforma­ra los frentes de sus viviendas, encantados. Más adelante les arreglaron las veredas e iluminaron con LEDs. Y tanto cambió esta callecita del sur porteño (tres cuadras entre Suárez, Brandsen, las vías del Roca y Feijoó) que la misma gente le dedicó un pasacalles: “Gracias por revivir Lanín”.

–Con el tiempo, supe que ‘Lanín”, que viene del nombre del volcán del sur, quiere decir algo así como ‘casi muerto’ en mapuche… Me acuerdo que tendría unos 12 años cuando hacían Brandsen, creo, y con amigos tratamos de llevarnos los escombros para armar una pileta de natación para los pibes del barrio. Así que pienso que la intervenci­ón de arte en el Pasaje fue una respuesta a la necesidad de colaborar con mejorar el lugar que tuve toda la vida.

¿Algo más lo impulsó?

Tomar conciencia de la degradació­n del entorno . Y el hecho de que buscaba un cambio en la comunicaci­ón de mi obra: que saliera de las galerías y museos y, en la calle, resultara imponente. Su trabajo modernizó la zona.

Eso fue lo otro: ayudar a darle un en- vión a Barracas del siglo XXI. Porque al Lanín lo pensé a contrapelo de supuestas tradicione­s que encasillar­on al barrio. Por ejemplo, que Barracas es tango y nada más. Me acuerdo que mi viejo, para bailarlo, se iba a La Boca. O la idea de que Barracas era sus fábricas. Las fábricas que cerraron hace rato... Una cosa es conocer y respetar la historia y otra es resistirse a ver los cambios. Me gusta el folclore y también mirar el presente. Pero sobre todo, hacia adelante. Entonces, con el arte abstracto me corrí de todo aquello. Fue mi manera de decir: ‘ Miren que hay un Barracas distinto, un Barracas nuevo’.

Santa María haría algo parecido en los murales de Gardel, en estilo pop, que pintó en 2002 en Abasto, es decir, mostrar, con una obra amable y potente, lo que suelen opacar mitos.

–Gardel es tango y Rubias de New York, la canción y la película. Mis obras parten de eso, lo real, aunque no son realistas. Las columnas que hice para la estación Plaza Italia del subte D se basan en las manchas de los animales salvajes y en las plantas que come cada una de esas especies.

¿Qué sigue en el Lanín? Terminarlo. Pasar las pinturas a mosaico. Porque la pintura se degrada. Habrá diez casas trabajadas en mosaicos, seis pintadas y catorce mixtas.

Santa María y vecinos esperan que los sponsors o el apoyo público para eso lleguen pronto. En tanto, el sábado, habrá fiesta en el Pasaje. Es que hoy se cumplen 17 años desde que lo inauguraro­n. 17 años en los que se convirtió

en un imán para turistas y en escenario de movidas diversas: desde multitudin­arias jornadas de pintura con alumnos de escuelas hasta La Noche de los Museos. En la celebració­n del sábado 21, participar­án la Junta de Estudios Históricos de Barracas, el grupo Mujeres 2001 y la Asociación República de Barracas, entre otros. De 13 a 17, Fernando Mena y Matías de Brasi pintarán un mural en vivo y habrá muestras-talleres de alumnos de Santa María y del programa oficial Discípulos del Patrimonio Intangible en el Distrito de las Artes. También, la expo Museo, sobre obras de Minujín, Noé y otros artistas argentinos.

Y los vecinos, ¿cómo se llevan con el Pasaje hoy?

Colaboran, como desde el principio. Están siempre expectante­s.

Afuera del taller de Santa María, Mariana Borella (53), quien vino a vivir al Lanín hace 42 años, lo confirma. “El Pasaje es hermoso pero siempre algo falta”, dice mientras junta la caca de su perro de la calle. “Mi casa tiene venecitas. Sin embargo, las que sólo fueron pintadas necesitan que les estén siempre encima. El otro día miraba una revista, vi unos sillones y corrí a mostrársel­os a Marino. Porque hay que poner algunos para los que vienen al Pasaje. ¡La gente camina un rato y quiere sentarse! Y también quiere cosas nuevas. Otra idea que le comenté es la de pintar rayuelas, un patio de juegos. Ahí pondría cartelitos que recordaran que es importante decir ‘permiso’, ‘por favor’ y, bien grande, ‘gracias”. ■

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GUILLERMO RODRÍGUEZ ADAMI Creador y obra. Santa María en el Lanín, donde nació y tiene su casa-taller. Su próxima meta: terminar de reemplazar la pintura de las fachadas por venecitas.
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FOTOS: M. SANTA MARÍA Antes. El Lanín, sin la intervenci­ón de San María.
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Después. La misma vista que arriba, tras las obras inaugurada­s en 2001.

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