Clarín

Tiene 10 años, nació varón y ahora es Tiziana

Género. Las autoridade­s salteñas consideran que era lo mejor para su bienestar. Ahora se llama Tiziana y tendrá nuevo DNI.

- Ivana Lillicrap ilillicrap@clarin.com

“Mamá, papá, yo quiero ser nena”, fue su pedido. Y espera el DNI que acredite la nueva identidad.

No quería la carpeta de superhéroe­s para ir al colegio. Tampoco de autos. Quería osos y corazones. Se fabricaba polleras con la tela de una sombrilla rota. Y bailaba. Era feliz en esos momentos en los que “jugaba” (según pensaban sus papás) a ser nena. Sólo en esos momentos.

“Cuando todavía era un varoncito era un nene triste”, cuenta la madre, Graciela, que vive en Salta. “No le gustaba jugar con nadie y estaba solito”. Ahora su vida se transformó por completo: a los 10 años, cambió su identidad de género y obtuvo su nuevo DNI como nena. Ahora es Tiziana, el nombre que siempre quiso.

Desde muy pequeña, “Tizi” mostraba algunas señales de que “no era el típico varoncito que juega a la pelota y con los autos”, relata Graciela. Incluso llegó a decirle que era gay. “Yo le expliqué lo que significab­a y ella me respondió: ‘Ah, eso no. No soy eso, mamá’”. Hasta que Tiziana descubrió lo que estaba viviendo y lo compartió con su familia.

“Nos habló directamen­te a los dos. Nos dijo ‘Mamá, papá... quiero hablar con ustedes. Yo sueño todos los días cuando me levanto que soy una nena, me veo en el espejo y tengo el pelo largo y soy una nena. Yo quiero ser una nena’.”

Graciela se sorprendió: “Nunca esperé que me dijera eso. No tenía idea”. Damián, el padre, quedó shockeado.

Recurriero­n a organismos que los ayudaron y guiaron. Y todo cambió. O casi todo. Para Damián fue más complicado. Le costaba aceptar la nueva realiadad. Pero eso fue hasta que la misma “Tizi” tomó fuerzas para hablar nuevamente con él.

“Un día su hija se le plantó, con lágrimas en los ojos, y le dijo: ‘Papá, vos me tenés que aceptar como soy, yo soy tu hija; ya no soy tu hijo. Me duele mucho que me digas hijo’. Desde ese día Damián pasó de la negación a ser el más pendiente y militante de los derechos de las personas trans por su hija. Hizo el clic. Si no tiene el apoyo de nosotros, ¿de quién lo va a tener?”, cuenta Graciela.

Cuando logró que su papá la acep- tara fue el momento de elegir cómo llamarse. Ella ya lo tenía decidido. Hasta entonces, su firma era sólo una “A”: le confesó a su mamá que quería un nombre que terminara con esa letra. Así quedó Tiziana.

A pesar de su corta edad, “Tizi” es una luchadora por la igualdad de género. En el colegio le pide a su maestra que niños y niñas formen una misma fila. Y en su cuarto tiene un cartel que ella misma escribió: “El amor no tiene género”.

Lucha contra los prejuicios fuera y dentro de casa, porque todavía no consiguió el apoyo de todos sus hermanos. “Tengo en contra a mis otros hijos y eso me divide a la mitad..., pero es mi hija la que más me necesita en este momento”.

El director del Registro Civil de Salta, Matías Assennato, contó que hubo 7 cambios de identidad de género en menores, de un total de 574 casos. Y ella es la más chica.

“La ley de Identidad de Género habla de la diferencia entre mayores y menores de edad, pero no hace referencia a las edades dentro de los menores como sí lo hace el Código Civil, donde hay capacidade­s progresiva­s que se van adquiriend­o a los 13, a los 16 y la capacidad civil plena a los 18”, explica el funcionari­o.

Sin la figura del abogado del niño, el caso de Tiziana podría haberse judicializ­ado a pesar de contar con la aprobación de sus padres. “Esta figura interviene siempre que el menor necesite acompañami­ento en instancias judiciales, para defender sus derechos. En este caso, de cambio de identidad, vela por que la decisión de la menor sea realmente lo mejor para ella; si bien es una decisión administra­tiva, es algo que genera mucho cambio. Incluso el abogado del niño puede negarse a que se lleve a cabo”, cuenta el director del Registro Civil.

En el caso de Tiziana, contaba con el respaldo de sus representa­ntes legales (sus padres) y también con el del abogado del niño por lo que el trámite se realizó sin inconvenie­ntes; en unas semanas tendrá su nuevo DNI. “Se recurre a la vía sumarísima e interviene la Justicia cuando una de las partes que representa a la menor no está de acuerdo o cuando no cuentan con la figura del abogado del niño”, finaliza. El día que “Tizi” tuvo su nueva partida de nacimiento, cuentan sus padres, fue uno de los más alegres de su vida. ■

“Yo sueño todos los días cuando me levanto que soy una nena, me veo en el espejo y soy una nena”.

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Abrazo. Tiziana con su mamá, Graciela, que apoya su decisión.

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