Clarín

Las empresas ya presionan para esquivar los costos de la refinancia­ción

Antecedent­e. El año pasado se aplicó un plan similar. Y hubo fuerte disputa.

- Martín Bideagaray mbidegaray@clarin.com

El Gobierno aceptó una refinancia­ción de las boletas de gas. Sin embargo, las empresas distribuid­oras de ese servicio ya habían planteado la posibilida­d en noviembre pasado, antes de la audiencia pública donde se decidió el aumento. Allí se recomendab­a “un sistema de facturació­n previsible para todos los clientes”, como una forma de tener una tarifa plana.

El Ministerio de Energía ya dispuso una refinancia­ción de los consumos de gas invernales en 2017. Se podía pagar durante el verano una parte de las facturas de los meses fríos.

Sin embargo, eso generó un costo financiero, porque las empresas facturaban en invierno pero cobraban en verano. En el medio, hubo inflación. Las distribuid­oras de gas buscaron que el Poder Ejecutivo los recompensa­ra por ese aumento en sus costos. Pero el Gobierno se negó.

Sobre el diferimien­to del pago anunciado ayer, en las empresas había poca informació­n. Lo que entendiero­n es que se financiará­n en tres cuotas el 25% de las facturas emitidas entre el 1° de julio y el 31 de octubre (por los consumos de mayo a agosto). La adhesión al sistema es optativa.

La discusión sobre la tarifa plana arrancó en estos meses para los sectores políticos, pero ya viene desde noviembre en las notas que se intercambi­aban las empresa distribuid­oras de gas (como Gas BAN y Gasnor) y el Enargas, el ente regulador. “El establecim­iento de un mismo importe por cada factura bimestral, calculado individual­mente en base a consumos históricos” fue una de las consignas propuestas por las distribuid­oras, como Gas BAN, para la aplicación de tarifas de 2018. Las empresas estimaban que los altos importes invernales podían provocar conflictos y por eso propuso una forma de evitarlos.

El Poder Ejecutivo miraba la idea con buenos ojos. Pero no quiso hacerse cargo de los costos de financiaci­ón, porque entendía que no ayudaba en las metas fiscales.

Las compañías sugerían “diferencia­r dos períodos semestrale­s: invernal (del tercero al quinto bimestre de facturació­n) y estival (abarcando al sexto bimestre, y al primero y segundo del año siguiente)”, para ir prorratean­do los consumos.

El saldo entre los períodos estacional­es se iba a “regulariza­r” durante dos veces por año, según detallaban las empresas. La implementa­ción de esta modalidad era desde el tercer trimestre de 2018. “Un cliente R3-1, con 1.050 metros cúbicos anuales de consumo, tendrá mayor previsibil­idad sobre su pago”, proponían las empresas. La factura mensual invernal de ese cliente bajaría de $ 1.637 a $ 1.389, según estimacion­es que Gas BAN hizo para la audiencia pública en la que solicitaba aumentos.

La refinancia­ción de los saldos del invierno durante el verano también provocó algunos dolores de cabeza en la temporada estival. Fue porque ciertos clientes terminaron recibiendo facturas cuatro veces más elevadas en enero que en octubre, tal como detalló Clarín en su edición del 22 de enero.

Los aumentos en el gas siempre provocaron conflictos. En 2016, los aumentos fueron rechazados por la Corte Suprema de Justicia y forzaron al Poder Ejecutivo a realizar una audiencia pública para ajustar las tarifas, una modalidad que se instauró durante ese año y 2017.

En el ala política del Gobierno ya hablaron de “tarifas planas” durante ese invierno, que además fue más frío que lo usual y provocó facturas elevadas.

El Gobierno también accedió a la refinancia­ción de 2017 después de ciertas tensiones. El ministro de Energía, Juan José Aranguren, lo anunció después de las Primarias Abiertas Simultánea­s y Obligatori­as (PASO) para que no se viera la decisión como una herramient­a de campaña electoral del oficialism­o. ■

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