Miles de personas marcharon contra las reformas de Macron
La convergencia de la lucha, tan soñada por los dirigentes de la CGT y Solidaire para oponerse las reformas estructurales del presidente Emmanuel Macron, no se produjo en Francia. En un día espléndido de primavera, con 26 grados en París y el resto de Francia, entre 119.000 personas, según el Ministerio del Interior, o 300.000 manifestantes, para la CGT, marcharon en al menos 130 cortejos contra la política del gobierno. Hasta ahora no logran que ceda porque el jefe de Estado considera a esta misión su mandato y la opinión pública apoya masivamente las reformas, aunque cuestione la personalidad del presidente.
En París hubo incidentes violentos este jueves, con destrucción de vi- drieras y la entrada del hotel Marriot, mientras la policía buscaba contener a los manifestantes con camiones hidratantes y gases lacrimógenos. Hubo siete heridos entre policías y manifestantes. La CGT no consiguió su sueño: apenas unas 15.300 personas marcharon, según Occurence, un gabinete que cuenta los asistentes a las manifestaciones para los medios. En su octavo día de huelga ferroviaria, tampoco ayudó en la concurrencia las vacaciones escalares. La fórmula fue un fracaso casi personal para la CGT, que no consiguió convocar al menos los 60.000 que habían llegado en su última marcha ni coordinó la acción con los otros sindicatos. Cada manifestación revela que va perdiendo poder e influencia, cuando es ahora el tercer sindicato francés.
Allí estaban los ferroviarios, los empleados de la salud, de la energía, de las comunicaciones y de la RATP, que se apoyaban en la CGT y el sindicato Solidaires. También se encontraban los trabajadores del correo, el personal hospitalario y algunos estudiantes de las universidades bloqueadas porque se oponen al criterio de selección para el ingreso.
Pero fueron los anarquistas en Pa- rís, vestidos de negro, quienes comenzaron a hostigar a la policía en Port Royal, no lejos del restaurante La Closerie de Lilas, en cuyo bar escribía Ernest Hemingway. Pequeños grupos enfrentaban a la policía antidisturbios con piedras y botellazos y las fuerzas de seguridad replicaban con gases lacrimógenos. La entrada del hotel Marriot en Denfer Rochereau fue destruida al igual que vidrieras de negocios, aseguradoras y bancos al paso de los violentos.
La huelga ferroviaria fue más importante este jueves que el miércoles, con el 66,4 % de los conductores apoyando la medida de fuerza. Un grupo cortó las vías de la estación Gare de Lyon en París a la mañana y una treintena bloqueó el tráfico en Lille, forzando a los pasajeros a bajar. ■