Clarín

Con poco entusiasmo, Paraguay cerró la campaña electoral

El colorado Mario Abdo Benítez es favorito en los sondeos. Le lleva 10 puntos al liberal Efraín Alegre.

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Mario Abdo Benítez, del gobernante partido Colorado, y Efraín Alegre, un liberal al que apoya una coalición de centro izquierda, cerraron ayer sus campañas para las elecciones presidenci­ales de este domingo en Paraguay, en un ambiente de poca movilizaci­ón y entusiasmo.

Abdo Benítez, de 46 años, es favorito en las encuestas con hasta 20 puntos de ventaja sobre Alegre. Pero su partido, que domina la política paraguaya desde hace más de 70 años, enfrenta una fuerte división interna ya que mantiene fuertes diferencia­s con el actual presidente, Horacio Cartes.

Si bien propone mantener la política económica actual basada en las exportacio­nes agrícolas, que le ha permitido a Paraguay crecer a un ritmo de 4% anual desde hace más de una década, también pretende llevar a cabo una reforma del Poder Judicial al que considera corrupto.

Alegre, un abogado de 55 años, intenta por segunda vez acceder a la presidenci­a. En las pasadas elecciones de 2013, en las que solamente tuvo el apoyo de su partido Liberal, perdió frente al actual mandatario.

Pero esta vez logró reeditar la coalición con el Frente Guasú (Frente Amplio) y otras agrupacion­es de izquierda que en 2008 habían dado el triunfo al ex obispo y ex presidente Fernando Lugo, el único gobernante no colorado desde 1947, pero que no pudo terminar su mandato ya que fue destituido en un juicio político.

Sin embargo, Alegre no tiene ni el carisma ni el arrastre de Lugo, según los analistas. “Alegre pertenece a una rama poderosa del partido Liberal, pero no es un líder indiscutid­o”, comenta Magdalena López, coordinado­ra del Grupo de Estudios Sociales sobre Paraguay de la Universida­d de Buenos Aires. “Los liberales formaron parte del movimiento que destituyó a Lugo de la presidenci­a, pero se ve que en esta ocasión concluyero­n que si no van en alianza no le llegarán ni de cerca a Abdo Benítez”, agregó.

Las elecciones en las que están inscritos 4,2 millones de ciudadanos serán supervisad­as por misiones de observació­n de la Unión Europea y de la OEA. Además de presidente, los paraguayos elegirán un nuevo Congreso y gobernador­es.

Tiene la particular­idad de que también competirán por una banca en el senado dos hombres controvert­idos: Cartes y Lugo. Ambos contaban con cierta popularida­d, pero se vieron desprestig­iados por la maniobra que intentaron llevar a cabo el año pasado, en un acuerdo en las sombras, para reformar la Constituci­ón y permitir la reelección presidenci­al.

Los ciudadanos paraguayos tendrán posibilida­d de votar también en Argentina. Una encuesta realizada esta semana por la empresa TELINFOR en Capital, Gran Buenos Aires y La Plata muestra que Abdo Benítez tiene una intención de votos del 39,41% y Alegra de sólo el 17,13%.

Desde hace más de 10 años Paraguay exhibe un crecimient­o económico alto y sostenido, pero no logra el mismo ritmo para reducir la pobreza. Para 2018 el FMI prevé un aumento del PBI de 4,1% y para 2019 de 4,5%, las cifras más altas de la región. Pero la pobreza golpea al 26,4% de sus 6,8 millones de habitantes, según datos de la Dirección de Estadístic­a. ■

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Banderas. Abdo Benítez en el cierre de campaña de su partido.

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