Noche para el recuerdo, por los penales de Licha y por el fútbol y los goles de Racing

A la Academia le dieron tres penales. El capitán falló los dos primeros y convirtió el último para el 3 a 0 parcial. Volvió el equipo intenso y ambicioso de Coudet.

Dentro de unos años, seguramente se cometa una injusticia con el partido que anoche Racing le ganó 4-0 a Vasco da Gama por el Grupo E de la Copa Libertadores. Porque ocurrió una peculiaridad en la notable y necesaria goleada del equipo que comanda Eduardo Coudet: Licha López, la bandera académica, erró dos penales y metió un tercero, justo cuan- do el fantasma de Martín Palermo de la Copa América de 1999 (la tarde que falló 3 penales contra Colombia) rondaba en el Cilindro. El gol fue un alivio para el capitán y también para los hinchas, que tenían muchas ganas de que el ídolo festeje.

Apenas lo miró Lautaro Martínez a los 10 minutos del primer tiempo, cuando Ulises Mereles cobró un penal inexistente de Evander ante Renzo Saravia. Licha caminó con calma para hacerse con el balón. Ahí el Toro lo buscó con timidez. El capitán pateó al medio y débil: el uruguayo Martín Silva le adivinó la intención y despejó con los pies. En el final del pri- mer tiempo, Martínez fue derribado por Erazo y fue el propio juvenil quien le dio la pelota a Licha para la revancha. “Lisandro/Lisandro”, bajó de la tribuna. El atacante ejecutó a la derecha y Silva se lució.

El complemento arrancó con un golazo de Matías Zaracho. No hubo más partido después del jugadón del juvenil. Nadie, además, quería que al local le sancionen otro penal. Por las dudas. Y ocurrió: otra vez golpearon al lateral Saravia. Y Licha le hizo una seña rápida a Lautaro: para que pateara. Pero la gente se manifestó. “Lisandro/Lisandro”, otra vez. Los brasileros, lejos del arco, le protestaban a Mereles. El Toro se acercó al capitán. Licha miró a Coudet y tomó la determinación de ejecutar. El remate fue ajustado a la derecha. Gol, desahogo y pedido de perdón a las tribunas. Lo merecía López, que había asistido en los dos primeros tantos. “Errar penales son circunstancias del partido. Me costó mucho seguir; soy duro, pero me costó mucho. Son cosas que para mí, que soy autoexigente, son muy difíciles. No puedo perdonar de esa manera. Por suerte después el equipo se sobrepuso”, aseguró Licha, el hombre de la noche de Avellaneda.

Antes, durante y después de los penales de Licha, hubo un partido. Y Ra- cing fue el Racing que propone Coudet. Lo tiene claro el DT, lo empiezan a entender los jugadores y deberán incorporarlo los hinchas: el Racing furia del Chacho va a generar (en la mayoría de los partidos) muchísimas situaciones de gol, aunque también sufrirá en la línea defensiva. Como con los dolores del alma, la Academia deberá convivir con esa sensación porque ataca de una manera tan intensa que es imposible que no quede descompensado en algún tramo del juego. Y esto no es señalado como un error, sino más bien como una virtud. Racing regala espectáculo. “Pasá, pasá”, le gritó el Chacho a Saravia. El resultado le favorecía al local por dos goles, pero no existe relajación en el DT: su forma es atacar.

Desde los 20 minutos hasta los 30, Vasco se animó y Racing sufrió. Fueron 3 claras. No acertó y luego lo pagó, con 4 goles. Centurión abrió el marcador después de una jugada bárbara de Zaracho, que marcó el tercero con una apilada histórica. Lautaro había festejado el segundo y finalmente Lisandro, de penal, claro, puso el 4-0. ■

JUANO TESONE La tercera, fue la vencida. Lisandro López convierte el 3 a 0 de penal, con un tiro fuerte y esquinado. Así se tomó revancha de los dos que le habían atajado antes.