Clarín

“Fue difícil decir ya está, pero fue fácil porque sabía que no podía seguir”

La confesión de Juani Hernández, en un mano a mano tras su retiro. “Cuando dije basta, fue como que sentí un alivio”, asegura uno de los mejores jugadores argentinos de la historia. Sueña con entrenar y, quizá, jugar en Deportiva Francesa.

- Mariano Ryan mryan@clarin.com

La mañana del jueves es a puro sol. Hay una calma absoluta adentro y afuera del hogar de San Isidro. El anfitrión da la bienvenida en la puerta. La sonrisa de siempre, la calidez de siempre. Pero no es el mismo ese Juan Martín Hernández que hoy ya es un ex rugbier aunque por siempre -y para siempre- será uno de los mejores jugadores argentinos de todos los tiempos. -¿Cómo estás? ¿En qué te cambió la vida desde que hace dos semanas anunciaste tu retiro del rugby?

-Me cambió un poco pero estoy bien, estoy muy tranquilo. Digo tranquilo ahora porque los días previos a tomar esa decisión estaba medio mal; se acababan muchas cosas que había vivido. Pero cuando dije basta fue como que sentí un alivio. Siempre voy a tener los mejores recuerdos pero el momento era ese. Y ya está. Ahora estoy muy bien, con tiempo libre. No sé qué pasará con las semanas y meses por venir así que por ahora es mucho más familia, algo de gimnasio y estar mucho más al frente de mi agencia de marketing que tengo con un socio. Lo bueno es que no tengo ninguna presión de tomar una decisión. -¿Cómo fue ese momento de decir basta?

-Fue difícil decir ya está pero fue fácil también porque sabía que no podía seguir jugando. No me veía por más que el Mundial está cerca. Con la rodilla así no podía jugar al nivel internacio­nal. En el partido con Reds supe que me había lastimado. Pero seguí jugando. Después fui a verlo a Mario Larrain y con su diagnóstic­o me ayudó a que la decisión no fuera tan complicada. Ese partido había sido el sábado y el jueves me dije: “Así no puedo seguir”.

-¿Te dio bronca irte así?

-No. Tampoco estaba siendo titular, no estaba en el mejor momento, estaba en el último momento. Sí fue una lástima que haya sido a través de una lesión y no en una cancha.

-¿Y el Mundial no era tentador?

-No llegaba. Con Jaguares estuve cer- ca de no firmar por un año más. Estaba con muchas dudas pero dije: “Si tengo tantas dudas prefiero sacármelas estando adentro de la cancha”. Y por eso firmé el nuevo contrato. -¿Pensás en el rugby ahora?

-Ahora no. Quise cortar, tomarme un año de descanso y después ver qué me pasa con el rugby.

-¿Te gustaría entrenar, por ejemplo? -Sí, pero primero hay que aprender a ser un entrenador. Uno pudo haber tenido una carrera buena pero eso no quiere decir nada con ser un buen entrenador. Hay grandes entrenador­es que no fueron grandes jugadores, como en todos los deportes. Creo que hay que formarse.

-Cuando te dicen que estás entre los mejores rugbiers argentinos de todos los tiempos, ¿qué te genera? -Creo que eso es por épocas. Es como cuando yo le pregunto a mi hijo quién es Maradona y, por ahí, ni sabe. Me tocó jugar en un período donde al rugby argentino le fue bastante bien. Creo que tuve la suerte de jugar bien, de estar en grandes equipos y eso, obviamente, potencia al individuo. Pero para no ser arrogante y tener falsa modestia, digo que participé en muy buenos equipos que me ayudaron a ser un buen jugador y uno de los mejores de Argentina. Y ese un orgullo para mí y para mi familia sobre todo. -¿Qué te dio y qué te sacó el rugby? -Me dejó muchos amigos. Por ahí es una frase hecha pero es real. También me dio la posibilida­d de, con un orden y una disciplina, ser el reflejo de chicos que te empiezan a mirar e imitan una vida sana, responsabl­e y

 ?? ARIEL GRINBERG ?? Fina estampa. Juan Martín Hernández posa tranquilo para el fotógrafo de Clarín, en San Isidro. “Lo bueno es que no tengo ninguna presión de tomar una decisión”, dice.
ARIEL GRINBERG Fina estampa. Juan Martín Hernández posa tranquilo para el fotógrafo de Clarín, en San Isidro. “Lo bueno es que no tengo ninguna presión de tomar una decisión”, dice.

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