Clarín

Belgrano aprovechó un córner e hizo negocio

Lucas Bernardi dispuso un equipo muletto por la Libertador­es y perdió su tercer partido seguido como local.

- LA PLATA. CORRESPONS­AL Mario Rueda laplata@clarin.com

De local, Estudiante­s tropieza: ante Belgrano sufrió su tercera derrota seguida y sin convertir goles. Padeció otra vez su falta de creativida­d y contundenc­ia. El Pirata, en cambio, celebró un detalle más allá de los tres puntos que permitió el 1-0: se asoma en la zona de Copa Sudamerica­na, su objetivo. Quedó octavo.

Había una verdad en la antesala: Estudiante­s tenía otra prioridad ajena a este partido de la Superliga. El encuentro del martes, frente al Santos, en territorio paulista, es una suerte de final en el tramo inicial de la Copa Libertador­es. Por eso, claro, el entrenador Lucas Bernardi ofreció una suerte de equipo muletto bajo el cielo de La Plata.

Y no era un partido de relevancia menor. En nombre de acceder al ámbito internacio­nal en 2019, se trataba de un duelo directo para colarse en la Copa Sudamerica­na. La urgencia, de todos modos, obligó a la decisión.

Se notó que Estudiante­s no puso a sus mejores intérprete­s. Le costó generar juego asociado en ese primer tiempo en el que se repartiero­n casi todo y en el que ninguno de los dos logró profundiza­r ni inquietar cerca del área rival.

Belgrano, que de visitante no es el mismo equipo bravo e intenso del barrio Alberdi, donde lleva 11 partidos sin perder, ofreció al orden como mandato. Cuatro defensores, cuatro mediocampi­stas, Matías Suárez y el armenio Guevgeozia­n como principal referencia ofensiva. El cero compartido parecía conformarl­o.

Hubo un condiciona­nte ajeno a los equipos: el campo de juego, muy húmedo y pesado a consecuenc­ia de la intensa lluvia que antecedió al partido. Eso hizo más rápidas las transicion­es de defensa a ataque y más frecuentes las imprecisio­nes.

El inicio del segundo tiempo entregó algunos destellos, un par de aproximaci­ones, la sensación de que el gol podía ser un invitado en la noche del Estadio Único. Y así fue, a los 18 minutos: córner visitante, la bajó Lema, la empujó Guevgeozia­n y gol.

Estudiante­s hizo lo único que podía hacer: ir tras los pasos del empate. Pero no encontró los recursos ni las llegadas ni el amparo del azar. Belgrano, austero y refugiado, hizo su negocio perfecto: se llevó los tres puntos a su provincia. ■

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El grito. Mauro Guevgeozia­n.

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